El estreno de 'La Niña que riega las albahacas' arranca las risas de los maireneros

La adaptación del cuento de Rodríguez Almodóvar, que permanecerá en cartel hasta final de agosto en la Casa Palacio de los Duques de Arcos en Mairena del Alcor, sorprendió por su dinamismo ecléctico.

La adaptación que Dos Lunas Teatro puso sobre el enladrillado suelo del patio-jardín de la Casa Palacio de los Duques de Arcos del cuento "La Niña que riega las albahacas" del escritor Antonio Rodríguez Almodóvar, cumplió con creces con lo que su anuncio prometia: atrevida, radical y arriesgada, a tenor de la respuesta de un público entusiasta que se partió literalmente de risa ante tanta mezcla de géneros, épocas y estilos, explosiva por momentos, pero identificable en su humor netamente andaluz.

Era la primera vez que un espacio tan reducido se utilizaba para representar teatro, y en un lleno casi familiar no faltaron elementos para tentar a la repetición. Durante la casi la hora y media de representación, los actores cantan y bailan mezclando géneros desde el pasodoble al rap, sin olvidar ciertos guiños al charlestón, e incluso al swing, que transportan a escenas de cine mudo y raíz humorística. Todo ello mientras maridan objetos y elementos tradicionales con otros actuales. O conciben cierta dosis de animalización metafórica en algún personaje como el plebeyo y perruno paje real (Calatrava), una clara alusión a la adulación y el pelotilleo más o menos interesado.

Porque entre tanta sorpresa y humor siguen palpitando en la obra y su puesta en escena, firmada por el director David Fernández Troncoso, elementos con origen en el cuento, o la comedia hispana, o el teatro costumbrista, con una reconocible moraleja final de fondo. En este caso, de crítica a la mentira, el engaño y el abuso de poder, con la advertencia de que a la postre quien osa sembrarlos los termina cosechando.

Entre tanto permanece como elemento central del conjunto, y reconocible desde lejos en esta familia de teatreros, la irrenunciable consigna de la llamada a la participación del público desde el arranque, con la llegada de los actores desde fuera de escena, y esta vez menos trascendentes que como se les había visto, pero sembrando misterio y duda con una mezcla de atrezzo entre lo friky y lo harapiento, y declamaciones y canturreos misteriosos. Malabarismos para, en síntesis, para hacer vibrar al público hasta estremecerse de risa, con golpes de humor luego trascendentes como el del rábano y el martillo.

La obra promete seguir encandilando al público en una serie de representaciones que, tras el estreno de anoche, tendrán lugar los días 18 y 25 de julio, además de 1, 15, 22, 29 y 30 de agosto. Siempre a las 22:00 horas en el mismo marco y para todos los públicos.