¡Cospe no me jodas!

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Alfonso José Blanco Ruiz


 


Experto en Comunicación y Marketing Político


@yoteasesoro


Históricamente el verano era el tiempo de la cultura. Era en este periodo estival cuando en la mayoría de los municipios españoles se realizaban conciertos, certámenes de cine y teatro y en las escuelas o think tank de los principales partidos políticos hacían cursos para abordar los principales problemas con los que la sociedad se encontraba en cada momento histórico.


Parece que en España habrá un antes y un después tras lo sucedido el pasado año en el que un 1 de agosto el Presidente del Gobierno decidió, tras meses de hablar en plasma y huir por la puerta trasera, convocar un pleno en el Congreso de los Diputados para contarnos aquello de que se había equivocado al haber depositado su confianza en un tesorero que después de años de "acertadas inversiones emprendedoras" había amasado una fortuna que ocultaba en cuentas suizas.


Se acaba el mes de julio y, cuando media España se encuentra con las maletas listas para disfrutar de unas merecidas vacaciones, la agenda política de final de julio va desde la reunión del recien elegido nuevo líder de los socialistas con Rajoy así como la del presidente con sindicatos, empresarios y Artur Mas.


Sobre la mesa se queda un debate sobre la reforma de la ley electoral en la que parecen querer ganar por la vía administrativa lo que se está perdiendo en las urnas (a raíz del resultado electoral de las últimas Elecciones Europeas). Si esta reforma se aprobase por decreto ley, y sólo con los votos del PP, correría el grave peligro de convertirse en una especie de reforma educativa que cambia cada vez que se los ciudadanos eligen un nuevo gobierno y el presidente, o presidenta, la cambiase en función de lo que considerase más oportuno para mantenerse en el poder.


Lo que se pretende hacer en algunas Comunidades Autónomas, bajo el paraguas de la reducción de gastos, es reducir el número de diputados. Esto obligaría a que los partidos obtuvieran un mínimo de entre un 10-14% de votos para obtener representación parlamentaria, con lo que se axfisiaría a los llamados partidos pequeños en busca de mantener una mayoría absoluta, no por decisión ciudadana, sino por decisión partidista. A modo de ejemplo, y aunque no se deban extrapolar resultados electorales de distinta índole, si aplicásemos los resultados de las Europeas en Castilla-La Mancha con la ley actual el Partido Popular estaría a 2 puntos de la mayoría absoluta, y si consigue llevar a cabo la modificación de la Ley electoral revalidaría la mayoría absoluta con holgura. Con esta medida los populares transmitirían el mensaje y la imagen de buscar medidas ventajistas, a mitad del partido, a lo que habría que añadir la extraña rapidez que otros líderes autonómicos como los de Cantabria, Madrid, Valencia, Galicia, Baleares o La Rioja se pretenden sumar a la medida que quiere imponer en su Comunidad la actual secretaria general del Partido Popular, Dolores de Cospedal.


El 29 de septiembre de 1996, en el estadio de La Romareda un linier, entonces desconocido, pasó a la historia del fútbol en España. A 24 minutos para el final del partido entre el Zaragoza y el Barcelona se produce una agresión dentro del área en el que un jugador del maño (Solana) da un golpe en la cabeza a otro culé (Couto). Es cuando entra en escena Rafa Guerrero con su ya famosa frase; "Penalti y expulsión", a lo que contestó el arbitro Mejuto Gonzalez: "Rafa, nome jodas". A partir de ahí, cualquier parecido con la realidad fue pura coincidencia. El linier gritaba al árbitro; "¡El 6, ha sido el 6!" (ese número correspondía a Aguado que no había tenido nada que ver con aquella acción). Al Zaragoza le expulsan injustamente a un jugador mientras que el Barcelona, que
entonces perdía 2-3, empató tras transformar el penalty que Rafa Guerrero había visto desde la banda. Desde ese momento, con un equipo con un jugador menos y crispado con la decisión de un linier, el Barcelona acabó ganando 3-5 un partido que tenía perdido. Esto es lo que sucede cuando se cambian las reglas del juego cuando estamos cerca del final del partido, o a excasos 9 meses para unas elecciones y las encuestas no son favorables. ¡Cospe, no me jodas!


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