Colmar paciencias por encima de las posibilidades

Experto en Comunicación y Marketing Político

@yoteasesoro

En 2012 la revista científica "Plos One" afirmaba que los hombres mienten menos que las mujeres debido a la testosterona. En dicho estudio se concluía justificando que la testosterona eleva el orgullo y la necesidad de desarrollar una imagen positiva y por eso les hacía ser más honestos. Si ese estudio hubiese acotado el ámbito del muestreo a los miembros de Caja Madrid comprobarían que el nivel de testosterona, o de honradez, de Miguel Blesa, Rodrigo Rato, Jorge Gómez Moreno o Gonzalo Martín Pascual es el mismo que el de Carmen Contreras Gómez, María Mercedes de la Merced Monge, María Elena Gil García, etc. Otro estudio más reciente de investigadores de la Universidad de Harvard y de Utah, publicado en la revista "Psychological Science", concluía que la capacidad del ser humano para evitar engañar o mentir se reduce considerablemente durante el trascurso del día, por lo que seríamos más propensos a ser deshonestos durante la tarde que por la mañana, debido a que el autocontrol va disminuyendo conforme transcurren las horas, fruto del cansancio del quehacer diario. Los pobres miembros del Consejo de Caja Madrid y Bankia tendrían que estar desbordados de trabajo, porque si ya eran incapaces de no ejercer ningún tipo de autocontrol y tiraban de tarjeta opaca a las 9:00, imagínense lo ético de las actuaciones de estos cargos a altas horas de la madrugada.

"Que sean mayores no quiere decir que sean analfabetos". Con esta frase se despachaba Miguel Blesa ante aquellos que le acusaban de engañar a personas de avanzada edad ofreciéndoles unas preferentes como el producto financiero que más rentabilidad ofrecía en el mercado y que al final acabaría siendo el pozo en el que perderían los ahorros de toda su vida. Lo más significativo es que el ex presidente de Caja Madrid y su sucesor en Bankia, Rodrigo Rato, tengan amplios conocimientos en materia económica, al ser uno funcionario de carrera del cuerpo de inspectores de Hacienda y el otro hubiese sido vicepresidente económico del Gobierno durante más de un lustro. Este conocimiento en la materia les servía para no cometer delito fiscal, al no superar los 120.000 euros anuales defraudados, sin embargo, el juez sí puede entrar a a valorar y enjuiciar delitos societarios y contables en la creación y mantenimiento de procedimientos ilegales de sobresueldos y/o compra de voluntades.

Son quince millones de euros los que se han gastado estos señores y señoras -la honradez no hace distinción de sexo en ciertos sectores de este país- al amanecer, al medio día, por la tarde, por la noche o de madrugada - para que se cumpliese la teoría que defiende el estudio de la Universidad de Harvard, la única explicación que me viene a la cabeza es que se despierten cansados y con la fuerza de voluntad baja- en viajes, comidas, compras en grandes almacenes, joyerías, gasolineras, pubs, cajeros automáticos, paradores, ultramarinos, campos de golf, balnearios, tiendas de discos, librerías, zapaterías, garajes, electrodomésticos, farmacias, heladerías, moteles, campings...

Se podría escribir un libro sobre cómo se ha usado el lenguaje desde todos los estamentos de la sociedad española en los años de crisis. Cese temporal de la convivencia, despido en diferido, en diferido, cese temporal de la militancia... Rato se ha ido después de que sus ex compañeros le hubiesen señalado la puerta de salida. Los populares han perdido una oportunidad de oro para dar otra imagen más contundente de un partido que de verdad quiere tolerancia cero con la corrupción. Para media España la justicia es justa, mientras la otra mitad piensa que es injusta, pero en lo que sí coincide el total de la población española es que la justicia es lenta. Aún así, la justicia fue mas rápida que el PP, pues la marcha de Rodrigo Rato se produce una semana después de que los jueces la hayan puesto una fianza de 3 millones de euros.

Militante del PP desde 1979, le debe todo lo que ha sido a su partido. Se lo debe a unas siglas a las que llevaba tiempo haciendo daño. En poco tiempo ha dejado de ser "el mejor ministro de Economía que ha tenido este país", como lo definió Luis de Guindos, a ser, en boca de Rajoy, "ese señor por el que usted me pregunta". Rato pasó de cobrar unos 70.000 euros de vicepresidente del Gobierno a 320.000 euros en el Fondo Monetario Internacional, 3 millones cuando se fue al banco de inversiones Lazard o el millonario salario de presidente de Bankia (sin contar los gastos de la tarjeta opaca). Mención aparte merece Blesa. Este señor está llamado a llenar horas y horas de televisión y radio cuando comiencen sus declaraciones en los distintos procesos judiciales que aún tiene pendientes. Lo último de sus actos es querer que la fianza impuesta se la pague la aseguradora que tenía contratada Caja Madrid. Y lo mejor de todo es que le envía un escrito al juez diciéndole que si quiere cobrar la fianza que le han interpuesto, que sea el propio juzgado quien se dirija a Mapfre reclamándole los 16 millones de euros (como el que envía a un intermediario para que le haga las gestiones).

Posiblemente recuerden la sentencia de enero del pasado año en la que se condenó a un año y diez meses de cárcel, más una multa diaria de tres euros durante diez meses por falsificación en documento mercantil, más otros seis meses por delito continuado de estafa, a una madre soltera de 22 años, en situación desesperada, parada, sin ningún tipo de ingreso y con dos hijas a su cargo que gastó 193 euros en comida y pañales para sus hijas en un supermercado con una tarjeta de crédito que se había encontrado en la calle y que no era suya. Ahora, si quieren, llamen a los más importantes y prestigiosos sociólogos para que les expliquen el comportamiento electoral de los ciudadanos y de paso se justifiquen diciendo que no han sabido transmitir bien el mensaje y por eso los electores les han dado la espalda.