Detenido un joven de 23 años por distribuir pornografía infantil por Internet

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Hay otros dos detenidos más y cuatro imputados en cinco provincias españolas.


Agentes del Equipo Mujer Menor (Emume) de la Guardia Civil de Segovia han detenido en el marcode la operación 'Durero' a tres personas e imputado a otras cuatro de seis provincias diferentes como presuntas autoras de un delito de posesión y distribución de pornografía infantil a través de Internet.

Entre los detenidos figura J.C.B, de 23 años y vecino de Sevilla, que tenía acreditadas 2.400 descargas de archivos y en cuyo domicilio se encontraron dos discos duros que contenían más de dos terabytes de archivos pedófilos, según han informado fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Segovia.


El resto de los detenidos, todos hombres de nacionalidad española, son J.J.A.A.M, de 49 años y vecino de Segovia; M.J.P.R. de 44 años y vecino de Parla (Madrid). Por su parte, los imputados son L.R.M. de 47 años, vecino de Bilbao; F.L.R.E, de 57, vecino de Ciudad Real; J.L.C.S. de 62, vecino de Viladecans (Barcelona); y J.A.T.M, de 66, vecino de Madrid.


La operación se inició en Segovia en noviembre de 2012, con el registro del domicilio de J.J.A.M. La Guardia Civil sospechó que esta persona compartía vídeos a través de un programa de intercambio de archivos por Internet, en los que se apreciaban abusos, vejaciones y violaciones a menores de edad.


De esta forma, con autorización del Juzgado de Instrucción número 6 de Segovia, se efectuó un registro de su vivienda y se analizó el contenido de un ordenador de su propiedad en el que se halló distinto material pedófilo en varios discos duros.


Una vez analizado el material incautado, los agentes del Emume de Segovia efectuaron un rastreo en la Red y localizaron a otros seis usuarios más de este tipo de redes de intercambio P2P en distintas provincias españolas. Una vez localizados los domicilios desde los que se descargaban esos archivos, se procedió a su registro (en Madrid, Bilbao, Barcelona, Ciudad Real y Sevilla) y se intervino numeroso material informático.


La pedofilia, según explican las mismas fuentes, es la atracción sexual que una persona adulta siente por los niños, aunque no abuse de ellos, lo que le lleva a consumir este tipo de contenidos. La importancia de atajar estas conductas, ya de por sí delictivas, estriba en que estas pueden derivar en la pederastia, es decir, el abuso sexual propiamente dicho, cometido con menores.


Los usuarios de contenidos pedófilos descargan y comparten fotos y vídeos en los que participan niños y que contienen auténticas aberraciones, bien por la corta edad de los protagonistas o por el tipo de prácticas que muestran. La posesión y distribución de pornografía infantil está castigada por el Código Penal con una pena de uno a cinco años de prisión.


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