La idea es que más de 2.000 niños y niñas ingresados puedan disfrutar de un rato de evasión y diversión desde sus propias habitaciones.
El proyecto cuida especialmente el tránsito por estas áreas y separa completamente los circuitos de entrada a cada uno de estos espacios.
Los pequeños ingresados serán trasladados al quirófano o a otros espacios para realizarse pruebas complementarias utilizando estos vehículos, con el fin de reducir el estrés.