Se trata de vigilantes en motos eléctricas que ofrecen este servicio los 365 días del año con el objetivo de que se cumplan las normas en el recinto
Estas tareas, sobre casi 100 hectáreas, incluyen además de parajes naturales ribereños, la conservación de los molinos harineros, las laderas de la fortaleza, y el mobiliario urbano, entre otras