El Efecto Pigmalión, una forma de explicar el rechazo de las mujeres a las carreras STEM

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Mujeres stem

El acceso de la mujer a los estudios no para de crecer, siendo actualmente mayor el número de matrículas universitarias femeninas que masculinas. La diferencia radica en el tipo de estudios que cursan. Ellas, educación, arte y enfermería. Ellos, ingenierías y ciencias. Los expertos de Top Doctors.es, empresa digital dedicada a la identificación de doctores y centros médicos de primer nivel, explican qué papel juegan los estereotipos y prejuicios en el desarrollo de la “profecía autocumplida” en cuanto al acceso de la mujer al mundo de la ciencia.


El Efecto Pigmalión o profecía auto cumplida establece que cuando existe una creencia firme respecto a algo, acaba ocurriendo, ya que nuestra conducta procura ser coherente con nuestros pensamientos y creencias. En este sentido, el papel de los estereotipos requiere gran protagonismo, porque al convertirse en patrones aceptados socialmente, pueden influir en nuestras decisiones y afectar al desarrollo personal y, también, profesional.


“La sociedad espera que una mujer sea sensible, tierna y empática, y el hombre fuerte, valiente y agresivo” explica el Dr. Cristian Toribio, miembro del Centro Pisicopediátrico GUÍA “Esto se vincula a la representación que nos hacemos de nosotros mismos, la interiorizamos, y nos dirige inevitablemente en nuestra toma de decisiones”. En base a esas imágenes se acaba configurando la personalidad de cada uno, una mezcla de precepciones, pensamientos, actitudes y emociones que nos definen. “Aunque se encuentra en continua evolución, sin duda está determinada por el ambiente familiar y las experiencias vividas”.



Predisposición biológica. Estereotipos sí, prejuicios no


Los principales estereotipos que ponen barreras al acceso de la mujer en el mundo de la ciencia están relacionados directamente con la predisposición biológica de las mujeres a ser más ‘emocionales’ y la de los hombres a ser más ‘lógicos’, de modo que nos hacemos una imagen mental de la mujer como una buena cuidadora, madre, artista o modista. Frases como ‘La ciencia no es para mujeres’ o ‘tienes más facilidades para hacer esto o aquello’ son estereotipos que van calando a lo largo del desarrollo educativo y madurativo, repercutiendo en la percepción que tienen las mujeres (y los demás) de sus propias capacidades y, por ende, influyendo directamente en ellas y en sus decisiones sobre futuro profesional.


No existen estudios que demuestren que las decisiones de ese tipo se toman en base a la genética, sino que más bien se trata de una evolución cultural. “Los estereotipos no son causa de una realidad, ni la realidad es una consecuencia de los estereotipos. Se trata más bien de una interacción difícil, causada por la propia complejidad humana”. En palabras del experto, no debería hablarse de erradicar estereotipos, que al fin y al cabo son conceptos e imágenes comúnmente aceptadas, sino de acabar con los prejuicios, que son los que dan lugar a estereotipos no ajustados a la realidad.



Publicidad, juguetes y divulgación mediática: problema y solución


Los datos de los diferentes organismos muestran objetivamente las preferencias de las mujeres en cuanto a estudios universitarios. El mayor porcentaje de mujeres matriculadas en universidades se da en las ramas de Educación (76,4%), ciencias de la Salud (74,4%) Humanidades y Artes (61,6%), mientras que dentro de las ramas de ingeniería o matemáticas rondan el 30% del alumnado*.


Un mal uso de la publicidad, un acceso estereotipado por razón de género a los juguetes infantiles y la falta de información en la materia son potentes herramientas en la generación y divulgación de prejuicios. “Hay muchos casos de éxitos de mujeres en ámbito científico o matemático, por lo general desconocidos” explica la Dra. Saskyn, experta psicóloga de Top Doctors. “El reto está en la promoción social del potencial femenino y de todas las aportaciones a la ciencia que han hecho las mujeres. En fomentar actitudes igualitarias donde se prioricen los valores y la diversidad en la inteligencia por su condición de seres humanos instruidos, y no por razón género”.


Los expertos indican que la clave está en la educación temprana, pues es muy difícil cambiar los modelos adquiridos durante la infancia, que son los que van conformando una personalidad que nos identifica y con la que nos identificamos, y que nos hace sentir cómodos a la hora de cumplir las expectativas personales, familiares y sociales.

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