Regino Hernández rompe la sequía de medallas de España en los Juegos Olímpicos de Invierno

Un bronce que sabe a oro. Esto es lo que ha conseguio el ceutí, criado en el pueblo malagueño de Mijas Costa, Regino Hernández. Y no solo por la dificultad de la modalidad, el snowboard, sino porque hacía 26 años que ningún español se subía al podio de unos Juegos Olímpicos de Invierno. En Albertville fue Blanca Fernández Ochoa, en Pyeonchang Hernández.

En una modalidad donde las caídas son común, Hernández se mantuvo firme en casi todas las ronda de cinco o seis riders donde los participantes compiten en un descenso de velocidad rondando los 90 kilómetros por hora por una pista llena de baches, peraltes y saltos, inspirada en el motocross.

De los tres españoles de la disciplina, Hernández, no era el que más opciones tenía. El abanderado Lucas Eguibar, globo de cristal en 2015 y subcampeón del mundo individual en los mundiales del año pasado era la principal baza española en Snowboard donde los dos se colgaron la plata por equipos en Sierra Nevada, una modalidad que no es olímpica.

Sin embargo, el donostriarra quedó eliminado en octavos de final tras una caída y un inicio con muy malas sensaciones, mientras que el tercer participante, el cántabro Laro Herrero se despidió en la misma fase tras ser último de su serie. Por su parte, Hernández avanzó primero con apuros en octavos y luego con autoridad en cuartos y semifinales, entre numerosas caídas de sus rivales. En la final aguantó en el tercer puesto hasta que otra caída también le dejó sin oponentes que le pudieran discutir el podio. El francés Pierre Vaultier revalidó el oro que ya consiguió en Sochi, mientras que el australiano Hughes se colgó la plata.