El Sevilla tendrá que apelar a la heroica en Munich

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Mala suerte, falta de gol, inferioridad física... Seguro que más de un sevillista tendrá una idea diferente de lo que pasó este martes en el Ramón Sánchez Pizjuán en una nueva cita histórica para el conjunto de Nervión. Pero lo cierto es que el marcador reflejó un 1 a 2 al terminó del encuentro que obligará a un nuevo sobre esfuerzo para intentar lograr la hazaña en el Allianz Arena de Munich.

Y eso que la noche empezó de la mejor manera posible. El Sevilla comenzó fuerte, presionando muy arriba e incomodando al Bayern, que se vio sorprendido en el arranque. Así, los locales tuvieron la primera clara en las botas de Sarabia que remató horrible con su pierna mala. El equipo de Montella era totalmente reconocible tanto en su disposición en el campo como en su once inicial, al que solo le faltaba Banega, sustituido por Pizarro, jugador de otras características, sin contar con la gran sorpresa, David Soria por el criticado Sergio Rico.

Por si faltaba algo más para enervar al público sevillista, Sarabia sí acertó a la segunda oportunidad, ganándole la partida a Bernat. Eran los mejores momentos de los locales, que robaban muy arriba y lanzaban veloces contras que no llegaron a más por la falta de último pase o por la presencia de alguna pierna alemana en el camino. Sin embargo, la lesión de Vidal, más que perjudicar a su equipo, le vino de perlas pues su sustituto, James Rodríguez, se asoció mejor con Thiago y Javi Martínez, y comenzó a ganar terreno a su rival, que había bajado claramente el ritmo. Y por si faltaba algo, llegó otra fatalidad para el cuadro de Montella. Un centro de Ribery desde la izquierda, rebota en Jesús Navas en su intento de despeje y se cuela en la portería de David Soria pegado al poste. Hasta el final de la primera parte,  los alemanes empezaron a imponer su físico, aunque el Sevilla nunca le perdía la cara al partido. Sin embargo no hubo más ocasiones claras.

La segunda parte comenzó con otra vuelta de tuerca del técnico bávaro Jupp Heynckes, que quitó a un desafortunado y amonestado Bernat, por Rafinha, que mejoró mucho el juego del Bayern. El equipo alemán era ya dueño y señor del partido pero David Soria mantenía vivo a su equipo con un paradón a Javi Martínez. El Sevilla parecía realmente cansado y N’Zonzi y Pizarro estaban demasiado lejos de Franco Vázquez, por lo que los sevillistas no hilvanaban juego alguno. 

Miraban todos al banquillo pero Montella no movía ficha a pesar de que su equipo pedía a gritos algún movimiento. Se veía venir el gol alemán pero nuevamente fue un golpe duro. Tras un aviso de James cuyo disparo se marcho rozando el larguero, el propio jugador colombiano puso el balón en la cabeza de Thiago, cuyo remate, que esta vez sí iba a puerta, fue desviado en el último momento por Escudero, que cambio la trayectoria hacia la red. 

Ahora sí movió ficha el técnico italiano, con Sandro y, poco después, Muriel a la cancha. Quedaba solo 10 minutos y había que tirar de amor propio. Y lo hicieron los locales con buenos minutos del jugador canario que lanzó un misil a la escuadra que detuvo el portero alemán. Sin embargo, ya era demasiado tarde y tocará la épica para derrotar al gigante alemán. Parece imposible pero "fútbol es fútbol".

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