Arranca el ciclo literario 'Viñetas Capitales'

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Vietas capitales

La Consejería de Cultura, a través del Centro Andaluz de las Letras, pone en marcha el ciclo literario 'Viñetas Capitales' con el objetivo de difundir las obras de reconocidos autores y autoras de cómic y novela gráfica mediante la presentación de novedades editoriales, exposiciones y encuentros con clubes de lectura o masterclass con lectores y lectoras. Además, el CAL colaborará en los próximos eventos y ferias dedicados al cómic.


'Viñetas Capitales' arranca este jueves, 17 de mayo, con un programa de actividades que se celebrará en todas las provincias andaluzas hasta finales de 2018. En este marco, Sevilla acogerá la primera actividad con la presentación de la novela gráfica 'El sueño de Dalí' de Carlos Hernández publicada por Norma Editorial. El encuentro, que tendrá lugar a las 19:30 en la Biblioteca Infanta Elena, estará presentado por el ilustrador Abel Ippólito.


La firma de Carlos Hernández no es desconocida para los aficionados al cómic más alejado de la pirotécnica de licencias comerciales. Desde sus colaboraciones iniciales en diversas publicaciones, tales como V.O. o Mala Impresión, Hernández se ha ido perfilando como un historietista interesado en utilizar el cómic como soporte narrativo de divulgación de temas culturales y vinculados directamente a la literatura.


Carlos Hernández propone a sus lectores en el 'El sueño de Dalí' un viaje íntimo y reflexivo al interior de una de las mentes artísticas más polémicas y controvertidas de nuestro pasado reciente. Su obra narra en una descarnada primera persona una confesión que es al tiempo lectura y crítica, manifiesto y legado. De manera valiente, el autor se atreve a dar voz al mismísimo Salvador Dalí partiendo del momento previó a su óbito lo que da pie a una narración no lineal en la que el argumento juega con los flashbacks y las elipsis. Este recurso permite un gran dinamismo narrativo porque traslada a diversas épocas y momentos claves en la vida del protagonista, desde sus orígenes, pasando por sus primeros escarceos con la pintura y los conflictos con su mundo, hasta su encumbramiento en vida.


Con una plástica visual de planos espaciados y líneas claras, Hernández no cae en el error de intentar remendar las creaciones artísticas del maestro del surrealismo, si no que esboza paisajes, detalles y escenas que remiten directamente la mente del lector a las obras que le son referente. Al mismo tiempo añade una prosa, de sesgo cuasi poético, que indaga en conceptos tales como la vida, el continuo devenir del tiempo, la reencarnación, la inmortalidad y, por supuesto, la muerte.


Es en los diálogos, de presencia casi minimalista, donde Hernández nos acerca al Dalí más mundano y cercano, más realista dentro de lo inverosímil de la historia de un muchacho de Figureras capaz de asombrar al mundo con su creación. Así, con conversaciones casi esbozadas, toma contacto con Luis Buñuel, con Federico García Lorca, con Gala Éluard, con Thomas Banchoff, personajes de carne y hueso que comparten decorados tan distantes y distintos como el París de la postguerra mundial, el Nueva York de la década de los años setenta, las carreteras del levante español, o una estación de Perpignan que se transforma en el centro del universo.

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