Asaja y Asociafruit reparten 6.000 kilos de patata nueva española

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El objetivo principal de esta fritada es mostrar los beneficios con respecto a la patata vieja francesa.


Patata asaja

La organización agraria Asaja-Sevilla y la Asociación de Empresas Productoras de Frutas y Hortalizas y Exportadoras de Andalucía y Extremadura (Asociafruit) han repartido un total de 6.000 kilos de patatas nuevas y han organizado una fritada para comparar la patata nueva española de la vieja francesa que se encuentran en los líneas de los supermercados.

En un comunicado, han señalado que la mayoría de los consumidores desconocen que la provincia de Sevilla cuenta con 3.500 hectáreas de patata nueva, el 44 por ciento de la superficie total de este cultivo en Andalucía, y que la patata nueva es "tan buena, fresca, sabrosa y sana que nos la piden desde Europa, a donde se exporta el 70 por ciento de la producción", mientras que en los lineales se expone la patata vieja procedente en su mayoría de Francia, que lleva nueve meses en cámaras frigoríficos y que "se maquillan para que resulte atractiva".

En un acto que ha contado con el apoyo de la Diputación provincial de Sevilla y con la colaboración de la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, también se ha realizado, previo al reparto, una fritada comparativa entre la patata francesa de conservación y la patata nueva española, con la que ha quedado de manifiesto que "la patata francesa, en los meses en que ha estado en cámara, ha transformado ya su almidón en azúcares, por lo que al freírla se quema y se ennegrece, y ha perdido propiedades gastronómicas y organolépticas".

El acto ha estado presentado por el presentador Pepe da Rosa, que ha saludado al barrio de Triana, al que está muy vinculado, y le ha animado a preservar el trabajo en el campo andaluz "comprando nuestra patata de Andalucía, que tiene una calidad extraordinaria, porque consumimos patatas cada vez más malas, las que vienen de Francia, mientras que las nuestras, que son las mejores, acaban en Europa", ha señalado.

En este mismo sentido se ha manifestado el presidente de ASsaja-Sevilla, Ricardo Serra, quien ha explicado a los ciudadanos que precisamente ese ha sido el objetivo del acto de este martes, "que no nos engañen, y para ello hemos querido traer patatas de nuestra tierra, que se recogieron ayer mismo --y no hace nueve meses, como las de conservación--, para que los consumidores las comparen en sus casas con las que suelen encontrar abarrotando los supermercados".

En declaraciones a los medios durante el reparto, Serra ha explicado que la acción consiste en ofrecer a la ciudadanía "patata que ayer estaba en el campo", que además cuenta con "una excelente calidad y se fríe y se cocina muy bien", con el fin de ponerla en valor frente a lo que "muchas veces" ofrecen los lineales de los supermercados que no es más que patata lavada de conservación cuyo origen es Francia.

En este sentido, ha manifestado que la diferencia de la patata española de la francesa radica en que la primera viene directamente del campo, mientras que la segunda ha sido conservada durante "ocho meses" en una cámara y ha sido "maquillada". Según Serra, se trata de patatas que lavan y cepillan para "ponerlas brillantes", si bien ha insistido en que es un producto que se ha llevado "ocho meses en una cámara".

"La patata francesa no tiene ni punto de comparación con la que tenemos aquí", ha advertido y ha añadido que con esta acción lo que pretenden los agricultores es que el consumidor sepa lo que compra y pida producto nacional.

Preguntado por cómo afecta el consumo de patata francesa al mercado español, ha afirmado que afecta "mucho" porque es "bastante frecuente" que los camiones españoles con patata nacional cuyo destino es Alemania, cargan patata francesa en la frontera y vuelven al país. Según Serra, se trata de una acción que carece de sentido por "los costes en portes que supone, por el consumo de energía y porque se está cambiando una patata de excelente calidad por otra que es de fin de campaña que los franceses no han comido durante el invierno".

PEDIR PATATA DE CALIDAD

A continuación ha tomado la palabra el presidente del sector de la patata de Asociafruit, Marcos Román, quien ha apelado a los consumidores a pedir patata de calidad para poner fin a las malas prácticas de venta de patata de conservación que llevan años denunciando desde la Asociación. Román ha explicado que estas malas prácticas han provocado que muchos agricultores abandonen sus explotaciones, hasta el punto de que se ha

perdido ya el 70 por ciento del cultivo de la patata en Andalucía.

Asimismo, la vicepresidenta de la Diputación de Sevilla, Agripina Cabello, que ha participado también en el evento, ha animado a los ciudadanos a consumir nuestra patata "para crear riqueza en nuestra tierra y apoyar así el sector agroalimentario, cuyo papel es fundamental en la sociedad".

Por su parte, la teniente de alcalde y delegada de Economía del Ayuntamiento de Sevilla, Carmen Castreño, ha recalcado también la calidad de nuestra patata y ha tendido la mano a Asaja y Asociafruit para poner en marcha y apoyar, desde el Ayuntamiento de Sevilla, una campaña de concienciación para que el consumidor compre los productos de la tierra.

A este compromiso se ha sumado también la directora general de Industrias y Cadena Agroalimentaria, Rosa Ríos, quien ha pedido además el esfuerzo de los consumidores para que presten más atención en sus compras, se fijen en las etiquetas y busquen que el origen de los productos sea de España.

UN CULTIVO IMPORTANTE EN SEVILLA Y EN ANDALUCÍA

Según datos de la Consejería de Agricultura, en la provincia de Sevilla se cultivan unas 3.500 hectáreas de patata nueva, fundamentalmente en las comarcas de La Vega, El Aljarafe y Las Marismas. También se cultivan patatas nuevas en las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga y Córdoba, hasta completar las 8.000 hectáreas que se siembran en Andalucía. El cultivo de la patata nueva, un producto básico en el menú diario de una dieta equilibrada, genera cerca de 70.000 jornales anuales en la provincia de Sevilla.

La patata nueva es una patata fresca, plena de sabor, saludable, que se recolecta y se comercializa durante la temporada, sin pasar por ningún proceso de conservación y en cantidades suficientes para abastecer al mercado nacional y europeo. En este contexto es incomprensible que se siga importando patata de conservación, mantenida nueve meses a baja temperatura, que cuando se comercializa ha perdido frescura y parte de sus propiedades, entre otras, sus aptitudes para la fritura, principal uso culinario en nuestro país.

En los últimos años el cultivo viene atravesando --al igual que en toda España-- unas enormes dificultades, lo que está ocasionando una reducción muy significativa de la superficie sembrada. Hemos pasado de las 257.000 hectáreas de cultivo registradas en España en 1992, a las 60.000 actuales, lo que supone una reducción del 77 por ciento.

En el caso de Andalucía, de 23.500 hectáreas cultivadas en 2004, apenas sí llegamos hoy a las 8.000.

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