17A, en Cataluña se perdieron las formas

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Barcelona, el pasado año 2017 y en concreto el 17 de Agosto, recibió el zarpazo del terrorismo islámico, en forma de unos atropellos masivos en las Ramblas de Barcelona y en Cambrils. 16 víctimas mortales de distintas nacionalidades y más de 137 heridos, fue el tristísimo balance de la acción de unos jóvenes catalanes, de ascendencia marroquí, radicalizados por un imán en la ciudad de Ripoll.

Días más tarde y de manera espontánea, los ciudadanos salieron a la calle, para expresa no solo su solidaridad con la víctimas, si no su repulsa más contundente a unos actos totalmente impropios de unas personas civilizadas. Una numerosísima manifestación, sin banderas de ningún tipo recorrió el Paseo de Gracia hasta la Plaza de Cataluña en señal de duelo; acto solidario donde los haya, enturbiado solo por unos exaltados nacionalistas catalanes, y otros españoles, exhibiendo banderas esteladas y españolas respectivamente, cuestión que mereció la repulsa de la mayoría de los asistentes.y en los días posteriores en los medios de comunicación.

Un año más tarde, el pasado viernes 17 de agosto de 2018, el Ayuntamiento organizó un acto de homenaje a las víctimas, en la Plaza de Catalunya y en las Ramblas escenario del luctuoso hecho, en donde se estableció una especie de altar, para que los ciudadanos pudieran hacer su ofrenda floral, a favor de las víctimas. Los organizadores del acto tuvieron muy en cuenta el papel preeminente que las víctimas y sus familiares debían tener en este acto, incluso por delante de las máximas autoridades del Estado, el Rey Felipe VI y Pedro Sánchez Presidente del Gobierno, que como es lógico y natural también estaban presentes.

Días antes, las entidades ciudadanas Omnium Cultural y la Asociación Nacional Catalana, ambas de corte independentista, manifestaron su negativa a participar en el acto, por estar en desacuerdo con la asistencia del Rey, personaje al que por la ausencia de Rajoy de la primera línea política y en particular del gobierno de España, han convertido en el principal objetivo de la iras independentistas. También, el President de la Generalitat Quim Torra, después de insinuar su no asistencia al acto, decidió hacerlo, pero montando el pequeño numerito de traerse consigo a la esposa del encarcelado ex-conseller Joaquim Forn, presentándosela al Monarca, que supo estar muy bien en su sitio, limitándose a darle la mano sin contestación verbal ninguna.

El acto presentado por la sin par Gemma Nierga transcurrió con toda normalidad, siendo incluso emocionante, en algunos de sus momentos; a pesar de una pancarta, en contra de la presencia del Rey, colocada en un edificio con vistas al acto y que según algunos expertos podía representar un problema de seguridad para los presentes y de un pequeño rifirrafe entre nacionalistas españoles y catalanes que pretendían usurpar el protagonismo a quienes en verdad lo debieron tener.

Hasta aquí todo podía haber sido digamos normal y tan solo la negativa de las entidades Omnium y ANC, a la participación dejaba claro que al independentismo las víctimas poco les importan y que su pretensión es situar sus reivindicaciones en el centro del universo, hubiera sido la nota discordante; sin embargo en cuanto los medios de comunicación acercaron los micrófonos a los políticos, tan solo aquellos que no son nacionalistas, ni de uno ni de otro lado, como Collboni, supieron estar a la altura de las circunstancias. Los independentistas con sus mantras y lacitos amarillos, los del PDCAT, situando al ex-conseller Forn y al mayor Trapero a la altura de los héroes nacionales; los del PP no queriendo reconocer sus responsabilidades en la falta de atención a las víctimas que esta han denunciado repetidamente, además de lanzar diatribas contra Pedro Sánchez y el Gobierno del PSOE y los de una organización, para mi hasta hoy desconocida, como es la Unión Monárquica, con sombreritos de banderita española, tampoco supieron entender que hoy esto no tocaba y lo que había que demostrar es unidad frente al terror.

Solo faltó por la tarde, la concentración independentista ante la cárcel de Lledoners, donde están los políticos en prisión preventiva por los hechos del pasado 1 de octubre. Con la asistencia del President de la Generalitat Quim Torra que en su discurso, terminó poniendo por delante de las víctimas a los que conformaban el gobierno de la Generalitat por aquellos días, e invitó al enfrentamiento con el estado español sin pudor alguno. No me negaran Vds, que podía haber escogido cualquier otro día para esta reivindicación.

Francamente creo que se perdió una grandísima oportunidad para demostrar, al mundo entero, que Catalunya pese a sus diferencias, quiere ser de nuevo un solo pueblo, un pueblo por lo demás extraordinariamente solidario que sabe afrontar las desgracias con solidaridad y con eficacia; sin embargo el concepto que se lleva el mundo de nosotros los catalanes, es de división en primer lugar y de poco fiables a corto plazo por la sensación de inestabilidad que el gobierno electo de la Generalitat está procurando.

Confió que el comportamiento del independentismo y del nacionalismo español, en los actos del 17A sirva por lo menos para convencer a la mayoría de catalanes que estas doctrinas solo nos conducen a la desunión, el enfrentamiento y por tanto al desastre más absoluto.

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