El Sevilla saca un punto de Mendizorroza

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Alaves sevillaNo fue el mejor partido del Sevilla en un campo difícil como Mendizorroza pero consiguió sacar un punto que tiene su valor si en casa consigue seguir manteniéndose invicto. El empate a uno final en el marcador fue el resultado de una buena lectura del partido de Machín, con cambios muy acertados que aprovecharon las debilidades de un rival que se encerró demasiado atrás para guardar su botín y se encontró con el gol de Ben Yedder a pase de Sarabia.


Machín sorprendió con la alineación de Roque Mesa en detrimentro de Sarabia (podría ser un toque de atención tras su expulsión en la Europa League), no fue tanto con la entrada de Mercado en el lateral derecho ante las ausencias de Navas y Aleix Vidal. El resto, equipo de gala para medirse a un Alavés que sigue encaramado a la parte alta de la clasificación gracias, precisamente, a convertir Mendizorrosa en su fortín.


EL partido comenzó como se esperaba, con un Alavés intenso en todas las acciones, buscando en largo a Calleri, la banda de Jonny, en el pefil izquierdo, buscando las cosquillas a Mercado, e intentando aprovechar las segundas jugadas. Mientras, el Sevilla era fiel a su sistema y forma de juego, con cambios de orientaciones y centros al área para la dupla Silva-Ben Yedder que se entienden a la perfección. 


Sin embargo, el Sevilla se ahogaba por el centro donde el físico de Waaso, Manu García y Pina se imponía a Roque Mesa y Banega. No obstante el partido era igualado y solo se contabilizaba como peligro un gran disparo de Duarte que detuvo con mucha dificultad Vacklic, cuyo rechace no alcanzó ningún jugador local. Sin embargo, contestó el Sevilla en el minuto 33, la única de ocasión de toda la primera parte pero muy clara, en botas de Ben Yedder cuyo disparo solo ante el portero pero presionado por la defensa se marchó rozando el poste. 


Pero después llegó el gol local, con polémica por cierto. Mal despeje de Vaclic, muy desacertado con los pies en todo el partido, que deja corto la pugna para que el Alavés la gane de cabeza, Calleri, que venía de posición en fuera de juega se encuentra con el balón que durante su trayectoria es tocado por la cabeza de Sergi Gómez que, a instancias del colegiado y del VAR, tiene el significado de nueva jugada, por lo que no es infracción ninguna. El resto es un pase del delantero argentino al corazón del área donde Jonny se adelanta a Carriço. 


Tras el descanso mueve ficha Machín con Amadou por Roque Mesa, que nuevamente rozó la expulsión con dos entradas casi seguidas merecedoras de tarjeta amarilla. No mejora mucho el Sevilla en esos minutos pero, al menos, iguala en algo el despliegue físico de los locales. Cada balón a Vaclic es un suplicio sevillista pero poco a poco el Alavés siente el desgaste y presiona cada vez menos. La entrada de Promes y, especialmente, la de Sarabia provoca una reestructuración del equipo que lo mejora de forma sustancial, con Banega ya a los mandos. 


Empiezan a sucederse las ocasiones sevillistas. Primero una apertura de Andre Silva a Promes, cuyo control le cerró el ángulo, terminó en el lateral de la red. Después fue el Mudo quien se plantó ante el portero alavesista a pase de Ben Yedder pero su disparo lo rechazó Pacheco. A la tercera fue la vencida. Apertura de Silva para Sarabia, un suplicio para Duarte en toda la segunda parte, centro envenenado que Ben Yedder, muy inteligente en su desmarque, convierte en gol. Empate de peso y con algo de tiempo para dar un golpe en la mesa de La Liga. Si embargo, el equipo prefiere guardar el botín que tanto costó alcanzar y vuelve a parapetarse en su campo esperando una contra. Los cambios también mejoran al Alavés y precisamente uno de ellos, el bético Brasanac, cabecea al poste para que se la encuentre Vacklic cuando se cantaba el gol en Mendizorroza.  


Al final reparto de puntos que sabe muy bien en la expedición sevillista, a sabiendas que Nervión es un fortín. El problema es que toca refrendarlo el próximo fin de semana en un campo difícil como Mestalla, que dicatará si fefinitivamente el Sevilla puede soñar con cotas altas.

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