El Sevilla salva un punto insuficiente

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Sevilla eibarVer el vaso medio lleno o medio vacío. En esta duda se encontrarán más de un aficionado sevillista tras el empate de su equipo ante el Eibar por 2 a 2. Y es que los sevillistas siguen sin recuperar el juego que deslumbró a finales del pasado año, cuando le disputaba el liderato al Barcelona, pero compitieron hasta el final y lograron empatar un partido que perdían en el minuto 85 con un jugador menos.


Esa fe inquebrantable de los moradores del Sánchez Pizjuán, salvó al equipo de un nuevo descalabro en toda regla e incluso el punto puede ser insuficiente teniendo en cuenta la racha de 6 partidos en los que ha cosechado una victoria, dos empates con este ante el Eibar y tres derrotas. Pero, claro está, mucho peor es perder y dejar las malas sensaciones que estaba dejando el equipo, a pesar de algunos ramarazos de calidad en momentos puntuales del partido.


Dejaba Machín fuera a Mudo Vázquez por Roque Mesa, como principal novedad de un equipo que tenía más salida por la derecha con Promes que por la izquierda con Escudero. Era un Sevilla espeso, maniatado por la presión ordenada de su rival, sin energía para someter al rival. Algo que le viene pasando lejos de su estadio pero impensable en Sánchez Pizjuán. Como muestra de ello, el primer gol eibarrés, en el que una pared cortada en el borde del área, se convierte en gol pervio recorte de Orellana, autor del gol, que puso en entredicho la cintura de Kjaer. No era la primera llegada visitante, que ya había avisado en un par de ocasiones. Del Sevilla, poco que contar en ataque, más que centros al área de Promes que no llegaban a ningún lado. Lo que parecía un asedio en el tramo final de la primera mitad apenas llegaron a fuegos de artificios.


Mejoro el Sevilla algo en la segunda mitad, sobre todo en el primer tramo. Sin grandes alardes, los locales metían en su campo al Eibar, que no salía ya de forma tan clara como en la primera mitad. Tuvo entonces 3 buenas llegadas los sevillistas, a los que le faltaron claridad en los últimos metros, ya sea en el remate o en el último pase, cn mención especial a André Silva. Y cuando parecía más cerca el gol local, llegó el visitante en otro de los puntos débiles sevillistas el juego áreo. Córner al segundo palo, Arbilla la pone en el área chica para que Charles le gané la partida a todos.


Ahora sí estaba KO el Sevilla, que comenzaba a ofuscarse hasta tal punto que Banega cometió dos veces la misma entraa con los tacos por delante que le valieron la expulsión por doble amarilla en apenas 10 minutos. El runrun del público era ya incesante, empezaban a sonar pitos, sobre todo después del tercer gol eibarres anulado y verificado por el Var. Sin embargo, esa magia que parece tener Nervión, apareció en el último arreón. Con todas las naves quemadas, con Navas y Mudo Vázquez en el campo. Primero fue Ben Yedder en el 86 el que finalizó tras una pared para llegar la esperanza a las gradas. Más tarde sería Sarabia el que, con la punta de la bota, marcaría a pase de Promes ya en el descuento. El Eibar estaba confundido preguntándose cómo un equipo que deambulaba por el campo con uno menos había podido empatar. Pero es que incluso pudo ganar en la última jugada.


No obstante, a pesar de la alegría final, bien haría el cuerpo técnico y jugadores sevillistas en detectar los problemas que tiene el equipo desde que comenzó 2019. Fuera ya de la copa del Rey, llegan las eliminatorias europeas y el tramo final de liga donde cada vez tiene más cerca a sus perseguidores y más lejos a sus antecesores.


egó el mazazo que parecía definitivo en un gol a balón parado que retrató de nuevo a los centrales y a todo el equipo. Machín decidió tirar ya con todo, incluso pasando a la defensa de cuatro. Era un querer y no poder. Era aguantar ya con vergüenza la que a cada uno le iba a caer por lo suyo. Pitos especialmente para Sarabia, por eso que todos sabemos también menos el propio Sarabia. Pero con Banega expulsado, y tras esperar un buen rato para ver si el VAR le daba el tercer tanto al Eibar, se pita el fuera de juego que lo era, y en un arreón, con Bryan animando al personal, con Sarabia aportando eso que tiene (gol y peligro), el Sevilla le dio un alegrón parcial a su gente y hasta tuvo ocasiones y juego para hacer el tercero que hubiese enloquecido un campo al que le gusta especialmente eso de ser considerado un estadio con magia.


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