Domingo de Ramos pleno y con menos 'bulla'

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DespojadoPrimero fueron las iglesias, luego las calles. Sin prisa, el Domingo de Ramos fue formando su propia estampa. Marcada por el calor y por menos presencia de gente de lo habitual. Mejor que mejor pensarían todos los que se dieron cita por el casco histórico de Sevilla, y también por los barrios del porvenir y Triana. Fue un comienzo de Semana Santa pleno, brillante, con sus puntos negativos centrados en el comportamiento de aquellos y aquellas que piensan que están en el cine y ocupan aceras y bordillos sentados, o más bien despatarrados. Se necesita mucha agua en las calles y Protección Civil no para de atender lipotimias y desmayos.


La menor afluencia de gente, palpable a la hora de realizar desplazamientos de un lugar a otro, no reduce un ápice un Domingo de Ramos que comenzó, como siempre, en el Porvenir, con el Señor de la Victoria, ante sus fieles. Más de 12 horas después volvió a dejar bellas imágenes en el Parque de María Luisa, a la vuelta a su templo.


La hora de los más pequeños llegó a la sobremesa, con La Borriquita empezando por El Salvador, lleno hasta la bandera, fiel a su cita con el Domingo de Ramos. Poco antes salía del barrio de San Julián La Hiniesta con el Cristo de la Buena Muerte precediendo al palio, bello, moviéndose al son de marchas que llevan a un séquito de fervientes seguidores hasta la misma Campana, donde le precede La Cena con sus tres pasos imponentes. A esas alturas de la tarde ya está entrando en Catedral Jesús Despojado, después de dejar revirás que parecen imposibles a la salida de su templo, y todas las que esperan en su paso por el Arenal a la vuelta.


El Domingo de Ramos deja estampas de bares llenos, haciendo su agosto particular en un día que nada tiene que envidiar a esa fecha estival climatológicamente hablando. Como lleno estaba el Puente de Triana al paso de la Estrella y su hilera interminable de nazarenos escoltando al Cristo de las Penas, mirando al cielo, esperando su destino.


La entrada de la tarde-noche vuelve las miradas al centro de la ciudad. San Roque viene ya por las Setas de la Encarnación, con Nuestra Señora de Gracia y Esperanza captando los rayos de luz del sol que comienza a descender por lontananza. Es el momento de las hermandades más serias, esas que menos disfrutan los pequeños por tener nazarenos que no levantan apenas las miradas del suelo, rezando, haciendo penitencia. Aparece Amargura por San Juan de la Palma, aún no es de noche en esta Semana Santa tan tardía, pero no resta un ápice de belleza a la Virgen.


Aún hay algo de luz en las calles cuando sale El Amor, con sus nazarenos negros escoltando la figura del último crucificado el Domingo de Ramos. Aún queda Domingo de Ramos pero mucha gente comienza a salir del centro. Mejor para los que se quedaron hasta tarde. 

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