El Betis se despide de la lucha por Europa con un triste epílogo

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Levante betisLa temporada más ilusionante en años del Real Betis Balompié está tornando en decepción. La racha de resultados negativa iniciada en 2019 ha tenido como última cita el Ciutat de Valencia, donde el Levante, equipo que llevaba 9 partidos sin ganar y el más goleado de la liga, le ha endorsado un 4 a 0 sonrojante a los verdiblancos. Ya no vale ni recurrir a la posesión ni a los disparos a puerta, sino a otros conceptos como la actitud y aptitud que brillaron por su ausencia dejando ver a un equipo muerto y sin recursos.


Mal pintan las cosas para Setién cuyos detractores superan por mucho a los defensores. Un nuevo bandazo del técnico cántabro en cuanto a la alineación, no sirvió de nada. Si acaso para dejar desnudo un medio del campo que hizo aguas y para dejar claro que el problema de la delantera tampoco es algo exclusivo a lo que achacar al entrenador. Y es que Pau López, Emerson, Mandi, Bartra, Junior, Kaptoum, Guardado, Canales, Sergio León y Loren, firmaron un nuevo esperpento de partido, al nivel del de Butarque o Vallecas.


Desde el principio se barruntó lo que podría pasar. El Levante salió como deben salir los equipos que se juegan algo: con el cuchillo entre los dientes, pierna dura, marcas pegajosas y velocidad. Si encima en la primera llegada, tras una cadena de errores de la defensa bética, se pone por delante en el marcador a los quince minutos, apaga y vámonos. Pero es que del Betis no había señales de vida. Se limitaban los jugadores béticos a pasarse el balón, como si la cosa no guera con ellos, sumando minutos de posesión esteril. Ni un ápice del conjunto que dominó al Sevilla en la primera media hora del derbi o que se reveló los últimos minutos para embotellar al Valencia el pasado domingo. Más bien todo lo contrario.


En la primera parte solo se puede contabilizar un pase en largo de Canales al que Junior, completamente solo, no llegó por milímetros, y un inocente disparo de Loren a las manos del portero tras tocar en un defensa. Su rival había puesto más tierra de por medio con el segundo tanto. El clásico gol que le meten a un equipo que está muerto y en una dinámica más que negativa. Córner cerrado de Campaña, Loren roza el balón y da en la cara de un Pau desnortado para entrar en la portería. El Ciutat de Valencia era una fiesta y la cara de jugadores y técnicos béticos era un poema.


El descanso trajo la entrada de Joaquín por Emerson y un cambio de sistema al 4 4 2 con Sidnei de lateral derecho. Nada cambió. Era el Levante quien salía con peligro mientras el Betis se limitaba a tocar y sumar pérdidas inútiles, mientras veía como balas vestida de blaugranas les superaban una y otra vez. Cayó el tercero en un doble error de Guardado, primero en el pase, esa obsesión que no se entiende y que trae más cosas negativas que positivas en estos momentos. Y después haciendo el penalti a la desesperada, pitado por el árbitro tras consultar el VAR.


Seguía Setién moviendo el equipo pero cada cambio lo empeoraba. Ahora fue Tello quien entró por Sergio León. Un delantero menos perdiendo 3 a 0. Daba igual, el Betis no atacaba, no pasaba de tres cuartos de campo. Su rival se divertía. Cada robo era un dolor, una contra, una posible ocasión para el Levante. Entró Laínez por Canales. Pero lo que llegó fue el cuarto, de Koke, a balón parado, otra sangría verdiblanca que no han podido frenar ni técnicos ni jugadores. Llegó el segundo tiro a puerta del Betis, en el 88 a las manos del portero. Eso lo resume todo.


Quedan cuatro partidos para terminar una temporada tirada por la borda en el cambio de años. No se sabe si resistirá Setién en su puesto, es difícil, pero el proyecto tiene problemas en su línea de flotación que puede hacer que se hunda. Son las cosas del Betis, ese equipo incapaz de mantenerse en la élite de forma continuada. 

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