Los andaluces viven en zonas urbanas y desechan las zonas rurales

La inmensa mayoría de la población andaluza escoge las zonas clasificadas como centros urbanos y agrupaciones urbanas para establecer su residencia, concentrándose en un escaso porcentaje del territorio, que no abarca más del 36 por ciento de la región, casi el 83 por ciento de todos los habitantes de la comunidad autónoma. Ésta es una de las principales conclusiones que se pueden extraer del estudio sobre la Clasificación del Grado de Urbanización 2017, que acaba de publicar el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, organismo dependiente de la Consejería de Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, y que da una visión muy aproximada a la realidad sobre la distribución de la población y las características de la misma en función del lugar de residencia.

Este estudio divide todo el suelo andaluz en una malla estadística de 1 kilómetro cuadrado, que se depura posteriormente en celdas de 250 metros de lado, utilizando las especificaciones de la directiva europea INSPIRE, a las que se aplica la metodología descrita por EUROSTAT, para definir geográficamente el número de personas que habitan en dichas celdas, y agruparlas en tres grados de urbanización: centros urbanos, agrupaciones urbanas, y zonas rurales.

Así, se concluye que en Andalucía existen, a 1 de enero de 2017, un total de 43 municipios andaluces (11,3% del territorio) que son clasificados como ciudades, 211 (que suponen un 24,5% de toda la región) como zonas de densidad intermedia, y el resto (el 62,2% de la comunidad autónoma andaluza), como zonas rurales. En cuanto a la distribución de la población, el 43,9% de todos los andaluces reside en las zonas clasificadas como centros urbanos; el 38,8% lo hace en lugares que corresponden a agrupaciones urbanas, y apenas un 17,3% lo hace en el territorio clasificado como zona rural.

El cruce del grado de urbanización de Andalucía con la tipología de los residentes en cada una de las clasificaciones realizadas en este estudio, también arroja datos característicos sobre la tipología de los habitantes en función del lugar de residencia en el que se encuentren. De esta forma, se observan conclusiones como que existe un desequilibrio en la proporción entre hombres y mujeres en relación a las zonas rurales y a los centros urbanos, siendo en estos últimos mayor el porcentaje de mujeres sobre hombres (107 mujeres por cada 100 hombres), que en las zonas menos pobladas (en las que la proporción es de 95 mujeres por cada 100 hombres).

La edad de la población también es un elemento diferenciador entre las distintas clasificaciones de urbanización, siendo las zonas rurales en las que se deja notar un aumento del envejecimiento de sus habitantes (128 personas mayores de 65 años por cada 100 menores de 15 años), seguidas de los centros urbanos (donde la proporción es de 99,2%), y dejando a las zonas de aglomeraciones urbanas, aquellas de alta densidad que se suelen estructurar en torno a las grandes ciudades, las que muestran una población más joven (con una tasa del 80,4% de mayores de 65 años sobre los menores de 15 años).

El número de residentes extranjeros en Andalucía también se organiza de manera distinta en función de su lugar de residencia. La media del porcentaje de residentes extranjeros sobre el total de la población, independientemente del tipo de celda o clasificación de la que se hable, es de un 7,2%; si bien en el caso de las zonas rurales la cifra se incrementa en 2,1 puntos (hasta el 9,3%), mientras que en los centros urbanos se reduce en 1,3 puntos.

Las diferencias territoriales por provincias también son una característica definitoria de la distribución poblacional en la comunidad autónoma andaluza, y su falta de homegeneidad. Así, mientras que en la Andalucía occidental (las provincias de Jaén, Granada y Almería) al menos una de cada cuatro personas reside en zonas rurales, en provincias como Sevilla o Cádiz sólo lo hacen uno de cada diez habitantes.