¡Arde Barcelona?

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Cosme modolell 2

Después de 9 años de un independentista al frente de la Generalitat de Cataluña, y que el independentismo haya gobernado con mayoría absoluta de escaños, que no de votos, la Comunidad autónoma catalana, parece que le empieza a llegar el declive, la división entre los dos principales partidos, ERC y Junts x Cat, aunque se intente tapar por parte del primero cediendo en todo lo que marca el segundo en lo que se refiere a la estrategia a seguir, es una buena muestra de ello, al igual que la soledad casi proverbial del President Quim Torra en el Parlamento, al que todos, excepto los suyos y ERC piden su dimisión, después de la penosa intervención en el Parlament, el pasado día 17 de octubre, justificando casi, en lugar de condenar los actos violentos que se sucedieron en Barcelona por aquellos día i acabando con la promesa de un nuevo referéndum de autodeterminación, cuestión que pone en evidencia que en lugar de enmendar el error lo que piensa es mantenerse en el.


La reacción a la sentencia del tribunal supremo, en el caso del 1-O, a pesar de haber sido cuidadosamente planificada durante mucho tiempo se les ha ido completamente de las manos, demostrando su total incapacidad para controlar el tema y desde el lunes 14 de octubre cada noche las hogueras toman las calles de Barcelona, sembrando el terror entre el vecindario, los comercios, y establecimientos de hostelería del centro de la Ciudad Condal. Cualquiera con dos dedos de frente y con unas mínimas dotes de observación se da cuenta que estos grupos de incendiarios, actúan con una perfecta organización y bajo órdenes de un alto mando, usando las técnicas más sofisticadas de la guerrilla urbana.


Noche tras noche, el pánico se adueña de las calles de la segunda capital española y los contenedores y vehículos estacionados son pasto de las llamas, entre la algarabía de los denominados Comités de Defensa de la República (CDR).


El independentismo, que tanto ha presumido de pacifismo ha traspasado la línea y se ha situado al lado de los violentos. Quim Torra el pasado viernes 18 cuando la algarada llegó a su cenit, pasadas la una de la madrigada hizo una tímida condena de la violencia que no convenció a nadie y aunque a partir de entonces aparezcan unos voluntariosos independentistas intentando meterse en medio de la fuerzas del orden y los violentos. Todo el mundo está convencido, que estos comandos, perfectamente entrenados y organizados, están dirigidos desde las más altas instancias del soberanismo catalán.


Dicen los que más entienden que la solución definitiva a este conflicto debe venir del dialogo, entre los propios catalanes para que en primer lugar reconstruyan su unidad como pueblo, con respeto a la diversidad que le es propia y en segundo lugar que con una propuesta razonable y de consenso se sienten a pactar con el gobierno del estado un nuevo encaje de Cataluña en España, que supere de una vez por todas los tradicionales recelos mutuos.


Dos fuerzas políticas en la Catalunya de hoy, pueden iniciar este proceso, ERC por un lado y PSC por el otro. El primero desde su larguísima tradición independentista y el segundo desde su indiscutible tradición de izquierdas defensor de las clase más desfavorecidas. Estoy más que convencido, que los dirigentes de una y otra formación, son capaces de dejar al margen los conceptos nacionalistas, principales causantes de la actual división de la sociedad catalana y encontrar puntos de encuentro que nos conduzcan a un sólido proyecto de futuro de país, que sea compatible con la convivencia con los demás pueblos que componen España.


Yo desde mi humilde y a lo mejor equivocado razonamiento, cada vez veo más claro que el independentismo en Cataluña está tocado de muerte, que lo que estamos contemplando estos días no son más que sus últimos estertores, pues cuando uno se decanta hacia la violencia como forma de solucionar el conflicto es que ya ha perdido todos los argumentos y se ha quedado sin base sólida alguna para sostenerse, por lo que recurre al fanatismo como sostén y todos sabemos que un fanático es el sostén más inseguro que existe.


Espero que en los próximos días, el tema de un giro de 180 grados, que Quim Torra, solo y acorralado dimita, que la Justicia belga acabe por entregar a Puigdemont a los tribunales españoles y que ERC y el PSC empiecen una serias conversaciones para encontrar la salida democrática al conflicto.


Ah, y que si alguien residente en Waterloo se le ocurre preguntar ¿Arde Barcelona? Le respondan lo mismo que según Larry Collins y Dominique Lapierre le contestaron a Hitler, con referencia a Paris; que de ninguna manera y que está más reluciente que nunca.

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