Reconocer el fracaso

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Cosme modolell 2

Empezamos un nuevo año y con él la mayoría de los humanos, hacemos firmes propósitos para mejorar nuestra calidad de vida, casi siempre la lista empieza o acaba con la expresión: “Esta vez sí”, a título de reconocimiento que en otras ocasiones similares hemos fracasado, no cumpliendo este mismo propósito; y esto es lo que quiero destacar, el reconocimiento del fracaso anterior, como base y garantía, que sabremos enmendar y corregir todo aquello que nos ha inducido al fracaso, con el fin que usando nuevas estrategias, nos permita terminar el año, habiendo conseguido los objetivos.

Creo recordar que fue por allá el 2010, cuando el entonces líder de ERC, Josep Lluís Carod Rovira, formulo el deseo que en 2014, (300 aniversario de la caída de Barcelona en la guerra de sucesión), en Cataluña hubiera un Referéndum de Autodeterminación. Siempre he pensado que aquella formulación fue de hecho el tiro de salida a este denominado “Procés”.

Desde entonces hasta ahora, ha llovido mucho, la sociedad catalana que tantos esfuerzos hizo en la Transición para evitar el Lerrouxismo y su partición en dos comunidades por el tema de la lengua, se ha visto hoy fragmentada en dos mitades por una guerra de banderas entre dos nacionalismos, el español y el catalán, que han encontrado ambos en la confrontación, su lluvia de maná necesaria para seguir creciendo en adeptos. Fractura que ha trascendido ya la cuestión ideológica, para materializarse en familiares y amigos de hace mucho tiempo que han dejado de hablarse e incluso saludarse. Se de lo que hablo y que nadie me diga que exagero, cuando he vivido en mis propias carnes este hecho.

Dicen los expertos que en tiempos de crisis económica, de una forma atávica tendemos a buscar protección, en nuestra tribu o clan, junto a aquellos con los que compartimos una visión del mundo reduccionista, dentro de las fronteras que nos son más próximas, rechazando todo aquello que nos viene de fuera, sean personas, usos o costumbres y quizás sea una verdad como un templo, pues cuando los nacionalismos en España y Europa parecían aletargados después de las guerras civil y II mundial, con los horrores que trajeron consigo, una feroz crisis económica ha creado las condiciones para que salgan de su letargo, y aprovechen el miedo al cambio de algunos ciudadanos quizás pusilánimes para expandirse por el viejo continente.

En el caso concreto de España, el nacionalismo catalán llevado a un extremo que parecía imposible en formaciones como la antigua CDC, hoy denominada Junts per Catalunya, desde una unilateralidad totalmente inconcebible en un país democrático como es España, han conseguido despertar el fantasma del nacionalismo español hasta el punto que un partido que tiene más similitudes con la Falange Española que con cualquier derecha civilizada europea ha conseguido la nada despreciable cifra de 52 diputados en el Parlamento, con un discurso de claros tinte xenófobos, culpabilizando la inmigración de los grandes males de este país, cuando la realidad es que muchos de ellos son consecuencia del capitalismo salvaje que ha profundizado enormemente la brecha entre clases sociales, situándola en un punto casi insalvable.

Hoy parece que ERC, el partido independentista tradicional en Catalunya, empieza a darse cuenta del gran error cometido, de dejarse deslumbrar por un converso al independentismo, catalán como ha sido CDC hoy llamada PDECAT o JxCAT , que con este paso tan solo pretendían tapar su corrupción y aunque no hayan acabado de reconocer el fracaso de su estrategia si parecen estar en el camino de ello, como lo demuestra la disposición a mantener un dialogo y llegar acuerdo con el actual gobierno del PSOE; único camino para evitar el total hundimiento económico de Catalunya al que parecíamos abocados de persistir en la intransigencia mantenida por Torra y Puigdemont.

Solo reconociendo el fracaso de un procés que nos ha conducido a tener dirigentes políticos encarcelados, a una sociedad completamente fracturada y que tardara años en recuperar su unidad, una fuga de más de 5.000 empresas que han cambiado su sede social, un serio peligro que Nissan y Seat, cierren sus centros de producción en Cataluña; y que ahora algunos pretenden dar un paso más hacia la violencia en las calles y abominando de cualquier iniciativa unilateral, se podrá abordar la solución dialogada

¿Estarán los de ERC, dispuestos a ello? De momento parece que sí, cuando han aceptado abstenerse para facilitar la investidura de Pedro Sánchez, a cambio de la creación de una mesa de diálogo entre los gobiernos catalán y español, para ver de solucionar políticamente el conflicto creado por los nacionalismos en Cataluña. El líder de Esquerra, Oriol Junqueras hoy encarcelado, ha manifestado claramente a sus pupilos que pase lo que pase con su situación no debe hacer naufragar el dialogo, cuya condición imprescindible es inicialmente que el gobierno de coalición PSOE / UP empiece a caminar; y aunque por parte de Quim Torra y Puigdemont renieguen del pacto alcanzando y el partido Junts per Cat, se vea marginado del protagonismo en el proceso de solución del conflicto e intenten desesperadamente que ERC gire 180º, parece que no lo van a conseguir y a pocas horas para que empieza el debate de investidura, Puigdemont, empieza a suavizar su lenguaje hacia Esquerra cuestión que a uno le hace sospechar, el intento del fugado de intentar aprovechar en su beneficio los pasos dados por ERC, como hizo hace cuatro días, con la sentencia del tribunal Europeo reconociendo la inmunidad de Junqueras por ser diputado europeo, en su propio beneficio.

Veremos como acaba el asunto.

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