Nuevo gobierno, la puerta abierta a la esperanza

|


Cosme modolell 2

Desde el año 2011, cuando Rodriguez Zapatero, no supo afrontar desde la izquierda, la crisis económica, decepcionando a buena parte del electorado español que había depositado en él sus esperanzas, los ciudadanos de este gran país qué es España, nos sumimos en una gran depresión y desesperanza que a algunos nos hizo tambalear nuestras más firmes convicciones socialistas. El no saber o quizás, desde la perspectiva que nos da el tiempo transcurrido deberíamos decir “no poder”, afrontar la grave situación que España se encontraba en aquellos días, al borde de un rescate, con una tasa de desempleo como nunca habíamos visto y una prima de riesgo altísima, desde las políticas propias de la socialdemocracia, impulsó al mandatario español a seguir las directrices emanadas de la dirección de una UE, totalmente dominada por la derecha neoliberal, precipitándonos a lo que luego se vino a llamar “austericidio” y que no vino a ser otra cosa que cargar sobre las clases medias y bajas los costes de una crisis económica que ni uno ni otro habían provocado, si no que fue fruto de la especulación descontrolada con que las grandes élites, se habían enriquecido las dos décadas anteriores.

Digo que a algunos nos hizo tambalear nuestras convicciones, por el hecho que en aquellos momentos el aparato del PSOE que debería haber sido el guardián de las esencias, parecía más preocupado en defender sus intereses personales que no los colectivos de las mayorías que sus principios proclamaban defender. Las puertas giratorias, alas que se habían acogido los gurús como Felipe González y Alfonso Guerra, el ultranacionalismo español de los Rodriguez Ibarra, Leguina, Corcuera etc. hizo que muchos de los que hasta hoy habían votado siempre socialista se decantaran por otras opciones neoliberales algunos, que votaron a Ciudadanos y comunistas otros que votando a PODEMOS, intentaban mantenerse en el espacio de izquierda que el PSOE parecía querer abandonar. Y en esto surgió Pedro Sánchez un personaje que el aparato pretendía fuera transitorio, solo para preparar a Susana Díaz y les resultó con ideas propias y muy claras por cierto, que puso al descubierto en pocos días las miserias de un Partido que caminaba a pasos agigantados hacia la irrelevancia.

El intento de defenestrarlo no consiguió nada más que enardecer a unas bases que no se habían dejado engatusar y supieron reconocer al líder que les había de guiar por la senda de la revolución interna hacia nuevas metas en defensa de los grandes valores del socialismo democrático, Libertad, Igualdad y Solidaridad.

Hoy, cuando el PSOE ha recuperado, buena parte de su espació electoral, cuando después de cinco procesos electorales en el año 2019 ha quedado consolidado claramente como la primera fuerza política en España, cuando a conseguido llegar a acuerdos con otras fuerzas situadas a la izquierda del espectro político y formar un gobierno que incluso los politólogos y tertulianos de los medios de comunicación acaban por reconocer su valía y calidad técnica para dirigir la nave por los procelosos mares de estos tiempos tan convulsos como los que vivimos.

Escribo estas líneas el mismo día del primer consejo de ministros y viendo los resultados lo primero que se me ocurre, es que empezamos muy, pero que muy bien, todo lo aprobado han sido las promesas hechas estando en funciones y que se han podido hacer de manera inmediata, como el aumento de las pensiones según el IPC previsto (0,9%), y el nombramiento de la nueva Fiscal general del Estado, Dolores Delgado, que ha hecho salir a la derecha de sus casillas, cuestión que indudablemente debe ser un gran acierto, por lo furibundos que se han puesto los cavernícolas del país.

Es importantísimo, no solo para los españoles, si no para la socialdemocracia europea, que este gobierno se consolide, no defraudando a su electorado, con una gestión transparente y de una pulcritud extrema, demostrando al mundo que existe otra manera de hacer las cosas económicamente hablando, totalmente distinta al neoliberalismo suicida que hasta hace poco se consideraba como la única forma de crear riqueza. Portugal, nos abrió los ojos y en España, aunque nos ha costado, hemos acabado por ver que nuestros vecinos tenían razón, pronto nos va a seguir Italia y no a mucho tardar Alemania, que sin duda alguna arrastrará Francia para conseguir a medio plazo, una mayor integración en la UE, sentando la base para la construcción de una estructura supra estatal de corte federal, que supere por completo las veleidades anacrónicas del nacionalismo y nos ponga en condiciones de afrontar con éxito y en base a una distribución justa de la riqueza, los nuevos retos que la economía del siglo XXI, nos va a plantear.

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.