La importancia social del sentido crítico

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Cosme modolell 2

“Instruiros y seréis libres; asociaros y seis fuertes; amaros y seréis felices”, es la frase del político escritor y compositor catalán Josep Anselm Clavé que ha sido adoptado como lema de la Universidad Progresista Catalana de Verano (UPEC) y que a mi modesto entender encierra la clave del progreso humano.

“Instruiros y seréis libres” La expresión nos da a entender que sin saber los conocimientos de nuestros ancestros y aprovecharlos para el progreso, es del todo imposible que nos sintamos libres sin haber aprendido nada y más que ello, la capacidad que nos da el tener conocimientos para cuestionar la realidad e intentar transformarla, contribuyendo así al progreso de la colectividad y el propio y personal. Lo que se viene en llamar sentido crítico o pensamiento crítico, que es lo que ha permitido que hoy no vivamos como en la edad de piedra y constantemente evolucionemos a mejor.

Para tener pensamiento crítico es imprescindible, conocer y saber interpretar los datos disponibles y analizarlos, ello nos permite cuestionar los dogmas que otros han dictado antes, ponerlos en entredicho, obviarlos si resultan del todo falsos o transformarlos y adaptarlos a una realidad cambiante cada día, permitiéndonos progresar. Ello nos permite afirmar que sin conocimientos los individuos no gozan de libertad pues no tienen capacidad de cuestionar los dogmas que otros han dictado no teniendo otra opción que seguirlos a rajatabla durante toda su vida, por lo que su contribución al progreso humano es prácticamente nula.

No nacemos con sentido crítico, sino que es a través del aprendizaje y de la educación que recibimos durante toda nuestra vida que lo vamos adquiriendo y esto que nuestras élites civiles y religiosas, conocen muy bien, durante la historia de la humanidad han sabido aprovecharlo innumerables veces para dirigir la educación en sentido contrario del pensamiento crítico, como método para tener a los humanos bajo su control. Observen Vds. que en los regímenes autárquicos, la educación siempre está mediatizada, en tiempos de Franco, en España, lo fue por la iglesia católica, a la que le fue atribuido casi en exclusiva el derecho a la enseñanza en nuestro país. ¿Cómo podía educar en el sentido crítico una organización como la Iglesia, que basa su organización y funcionamiento en dogmas indiscutibles e inmutables. promulgados por sus jefes supremos, a lo largo de la historia, jefes a los que se les atribuye el don de la infalibilidad?

No quiero decir con esto, que el pensamiento crítico obligue a replanteárselo todo cada vez, si no que lo que ya ha sido verdaderamente demostrado y aceptado por todos no necesita ser cuestionado de nuevo; pero sí todo aquello que nos sirva para adaptar nuestra conducta a una realidad cambiante como és la que estamos viviendo en la actualidad. Para una mejor comprensión de lo dicho les recomiendo la lectura de articulo de Oscar Castillero Mimeza del cual les remito el enlace: https://psicologiaymente.com/inteligencia/pensamiento-critico

En España, la ultraderecha, sabedora de la importancia de la educación en el desarrollo del sentido crítico de nuestro jóvenes ha emprendido una campaña, en pro de desmantelar la enseñanza pública, con el fin que la Iglesia católica, vuelva a tener la exclusividad como en tiempos de la autarquía. Han comenzado con una campaña de desprestigio de la escuela pública, y en nombre de de una falsa libertad de elección de los padres, se pretenden fomentar las escuelas religiosas y privadas, donde los planes de estudio sean no redactados desde el más puro sentimiento democrático si no guiados por intereses mezquinos de la clase social de los poderosos. Por otro lado introducen en todos los lugares donde gobiernan, aunque sea indirectamente, la idea del llamado Pin Parental, con el fin que no se pueda educar a todos los niños y niñas del país en los grandes valores humanistas de la Libertad la Igualdad y la Solidaridad en todos los aspectos de la vida incluido la opción sexual de cada uno, por el contrario si pretenden mantener la obligatoriedad de la asignatura de Religión y que siga teniendo influencia en la evaluación final del alumno. Observen amigos, que en el fondo de lo que se trata es de obtener al final de los estudios, personas que no desarrollen el sentido crítico y que se dediquen a acatar sin más las normas que ellos acaben dictando. No deberíamos permitirlo de ninguna de las maneras; los españoles pagamos un alto coste para conseguir un estado de derecho garante de la libertad, para que ahora salgan cuatro nostálgicos desfasados y pretendan echarlo por la borda.

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