Hay cosas que chirrían en nuestra democracia

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Cosme modolell 2

Ya he manifestado en muchas ocasiones que no soy jurista ni por asomo y que el derecho me cae muy lejos de mis conocimientos; sin embargo si me considero una persona que sigue las normas de la lógica, e intenta buscar a esta en todas las cosas que suceden a mi alrededor.

Les digo esto porque en vigilias de reyes, justo el día antes del comienzo del debate de investidura, cuando el trifachito (PP, C’s y VOX), en colaboración con la JEC (Junta Electoral Central), nos sorprendieron Inhabilitando a Quim Torra como diputado del Parlament de Catalunya y despojando a Oriol Junqueras de la inmunidad como parlamentario Europeo, que la sentencia del tribunal Europeo, hace cuatro días le había reconocido; me asaltaron todas las dudas del mundo pues dejó de cuádrame todo el concepto que yo tenía de la independencia de los poderes del estado, por cuanto una entidad meramente administrativa como es la JEC, puede imponer su criterio pasando por encima del poder judicial que en uno y otro caso, estaba estudiando los asuntos sin haber dictado fallo alguno sobre los mismos. En el caso de Quim Torra, se estaba pendiente de recurso al fallo del TSJC (Tribunal Superior de Justicia de Catalunya), ante el Tribunal Supremo, y en el caso de Oriol Junqueras, el propio supremo estaba pendiente de pronunciar su dictamen sobre la aplicación de la sentencia del Tribunal de Justicia Europeo, después de haber solicitado los perceptivos informes de las partes, Abogacía del estado, Fiscalía y Defensas de los acusados. No me negaran amigos que es sorprendente en un estado de derecho y que incluso huele a prevaricación que la JEC pase por encima de estos máximos organismos.

Coincido con la opinión de diversos juristas de prestigio, entre ellos a seis miembros de la Junta Electoral Central que han emitido voto particular en el sentido que la JEC debía inhibirse de este tema a favor del Tribunal Supremo, como parece lo más lógico en un estado democrático; y estoy convencido que todo ha sido una argucia filibustera del trifachito español, a fin y efecto de descarrilar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, tal y como admitió, si no cantando si silbando, Espinosa de los Monteros de VOX en los pasillos del Congreso de los Diputados junto a Pablo Casado e Inés Arrimadas. Lo que no han contado los filibusteros es que ERC es un partido con visión de estado y han sabido conservar el rumbo, manteniendo su apoyo a la investidura. Y los recursos presentados por los acusados, han neutralizado las fatales consecuencias de una decisión que nunca debería haberse producido.

Con posterioridad, y después que durante unos días, hubiéramos tenido que soportar a Cayetana Álvarez de Toledo e Inés Arrimadas, junto con Abascal y Espinosa de los Monteros, lanzar diatribas y anatemas a Pedro Sánchez por no aplicar el 155 en Cataluña, para destituir a Torra en cumplimiento del dictamen de la JEC. El TS se pronunció en el sentido que no había ninguna prisa para proceder al inicio de la inhabilitación de Torra y que se podía esperar perfectamente a la resolución del recurso que en manos hoy del propio TS. Mientras que se dirigió al Parlamento Europeo, justificando la no excarcelación de Junqueras, porque ya no se encuentra en situación de prisión preventiva, además de solicitar el suplicatorio, para que Carles Puigdemont, y Toni Comin les sea levantada la inmunidad y puedan ser detenidos en cumplimiento de la Euro orden y trasladados a España para ser juzgados; cuestiones que han sido atendidas con prontitud por el Parlamento Europeo, que ha suspendido a Junqueras de su condición de Eurodiputado y ha iniciado el trámite del suplicatorio para que el pleno vote, el levantamiento de la inmunidad parlamentaria a Puigdemont y Comín.

Todo ello, junto con polémicas decisiones judiciales, como fueron los casos de la Manada, u otros referentes a los grandes juicios de la corrupción en que está implicado el Partido Popular, nos ha hecho comprender de una necesaria reforma en profundidad de la tercera pata del estado de derecho como es el Poder Judicial. Una reforma en un sentido democrático del mismo modo que en los años 80 del pasado siglo XX y de la mano de un gobierno socialista, precisamente, se hizo en el Ejercito español, quitando todo el lastre de la dictadura y convirtiéndole en una institución democrática totalmente respetuosa con el estado de derecho.

Sé que es muy difícil, plantear reformas de alto calado, en esta legislatura, por cuanto la derecha ha demostrado su total intransigencia y nula colaboración con el actual gobierno progresista, pero amigos, de una forma u otra habría que intentarlo, pues los intereses generales del país así y la consolidación democrática así lo reclama. Espero y deseo que alguien le haga entender a Pablo Casado y al Partido Popular, que les es más que necesario para su bien como formación política de derecha europea, que abandone su flirteo con VOX y se libre en cuerpo y alma a la causa de la democracia, abominando de cualquier jirón de la pasada dictadura.

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