No se puede jugar a ser gobierno y oposición a la vez

Cosme Modolell

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Quizás la virtud más apreciada en un político actual sea la humildad, cualidad de la que sin duda carece el vicepresidente primero del actual gobierno de coalición Pablo Manuel Iglesias Turrion. Nada tiene que ver en mi afirmación la casa que se compró el líder de Podemos en Galapagar, pues, estamos en un país libre y todo el mundo tiene derecho a comprarse una casa, mientras la pague con el dinero obtenido por su trabajo, perfectamente declarado a hacienda y después de satisfacer los impuestos que correspondan, como es el caso; sin embargo apoyo mi afirmación en las manifestaciones y discursos que últimamente lanza a los cuatro vientos Don Pablo Manuel orillando casi una falta de ética al insinuar que explica algo que viene a ser un secreto de confesión, como son la las deliberaciones del consejo de ministros, todo ello con el fin de marcar terreno e impedir que Pedro Sánchez se ponga las medallas de las exitosas acciones del gobierno de coalición.

No puedo estar en más desacuerdo con él cuando manifiesta que piensa seguir presionando al PSOE, para que se cumplan los acuerdos firmados en el pacto entre ambas formaciones y que dio lugar al actual gobierno de coalición, por cuanto es del todo innegable que El PSOE ha cumplido con exquisita escrupulosidad todos los pactos firmados y quizás mucho más él que hacemos referencia. Pero parece que el egocentrismo de Pablo Manuel no queda satisfecho en cuanto se da cuenta que sondeo tras sondeo, se le anuncia un importante retroceso de su formación en la intención de voto de los electores españoles; muchos de los cuales ven en Pedro Sánchez el liderazgo capaz de materializar los grandes valores humanistas que el PSOE había ido perdiendo de su ideario.

Por otra parte se vanagloria de haber conseguido apartar a Ciudadanos de la aprobación de los presupuestos, cuando somos muchos los que entendíamos la estrategia de Pedro de buscar en la transversalidad la superación de la fractura social en España y que el voto a favor de esta formación política, hubiera significado un aislamiento aún más grave del PP y empezando a resquebrajar la división en bloques del electorado que tanto daño nos está haciendo en este país.

Equivoca, a mi entender Pablo su estrategia, pues si pretende invertir el pronóstico de los sondeos lo que debería hacer es trabajar aún con más ahínco, potenciando al gobierno al que pertenece demostrando que no no existe fisura en él con lo que la derecha cavernícola pueda meterse y erosionar hasta hacerlo caer, pues en este caso quien más perdería sería su formación, como la experiencia ha demostrado.

Yo vivo en Badalona, una ciudad de 217.000 habitantes a 10 km. del centro de Barcelona; en mi ciudad, perteneciente al cinturón rojo de la ciudad condal, y donde desde 1983 el PSC había sido la primera fuerza política, en el consistorio; en las elecciones de 1999, el PSC sacó 13 concejales quedándose a uno de la mayoría absoluta y Iniciativa per Catalunya, EUiA, la denominación en aquellos tiempos de lo que había sido el PSUC, consiguió 4 concejales, La flamante alcaldesa socialista Maite Arqué, ofreció a esta formación un pacto de gobierno para intentar superar las diferencias que ambas formaciones venían manteniendo desde 1983 cuando el entonce PSUC por su división interna, perdió la alcaldía. En un acto de deslealtad manifiesta, ICVEUiA se puso en plan oposición desde el propio gobierno, llegando al punto en mitad de la legislatura de renunciar a la concejala de vivienda. El resultado fue nefasto, allí se inició el declive no solo de la formación comunista sino también del PSC que en 2011 perdió las elecciones en favor de la derecha reaccionaria del Partido Popular liderado por Xavier García Albiol que se hizo con el poder mediante un discurso anti inmigración de claros tintes de xenofobia. Hoy ICVEUiA ya no existe sus miembros se encuentran dispersos en dos grupos uno denominado Guanyem, en coalición con la CUP y otros llamados Comuns, cercanos a las tesis de la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, y el Partido Popular gobierna con un discurso populista que sigue rayando la xenofobia.

.Cuando veo estos días a Pablo Manuel Iglesias criticar las políticas de Pedro Sánchez y dando munición a la derecha cavernícola, no puedo más que pensar en lo sucedido en Badalona y aunque los componentes socialistas del actual gabinete, son mucho más hábiles y preparados que no lo eran los concejales socialistas de Badalona a los que me he referido, uno siente el temor que no se repita el tema en el gobierno central; es por ello que le pido por favor a Don Pablo Se guarde su ego y de alguna muestra de humildad , que cambie radicalmente de estrategia y piense que los liderazgos buenos no los consigue uno a codazos para situarse en lugar visible, sino trabajando pacientemente cuestión aque a medio y largo plazo acaba siendo reconocida por los ciudadanos que son en definitiva de quienes depende el título de líder.