Indultar o no indultar 'That is a question'

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Cosme Modolell

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No sé si cuando estas líneas vean la luz los políticos presos en Cataluña, seguirán manteniendo la condición de presos o el gobierno que preside Pedro Sánchez ya les habrá concedido la gracia de un indulto parcial en sus condenas. El caso es que hoy se me ha ocurrido reflexionar sobre la oportunidad o no de conceder tal medida de gracia y lo que ello pueda significar.

En primer lugar se me ocurre y siendo conocedor de la cuestión independentista, por el hecho de vivir en Cataluña y desde mi condición de no independentista, que la causa de los que pretenden la independencia de esta región del noroeste de España, está más que muerta, acabada y nadie en su sano juicio, ni tan solo los más inflamados defensores de la misma, creen que ni a corto ni a medio ni a largo plazo se vislumbra la mínima posibilidad de conseguir este objetivo.

A mi entender existen dos caminos para liquidar definitivamente el tema, uno largo larguísimo y el otro casi inmediato. El primero se basa en la técnica de Mariano Rajoy, de dejar que sea el tiempo quien solucione los problemas sin intervenir casi, solo en momentos puntuales y necesarios, con la represión correspondiente. De hecho es lo que ya hizo en sus tiempos de gobierno, con el resultado de todos conocido, que el soporte electoral al independentismo pasó en Cataluña del 12% al 49% cuando una moción de censura le hizo dejar el mando del timón de España.

Rajoy no quiso ver el problema que se le venía encima ni afrontarlo políticamente hablando, prefiriendo que el tema se enquistara hasta el punto de que los independentistas se saltaran la ley para dejarlo todo en manos de la justicia. Craso error el cometido por Mariano pues no tuvo en cuenta que a través del dialogo, la negociación y el pacto, las grandes armas de la política, quizás hubiera conseguido evitar llegar a una situación tan grave como a la que se llegó en 2017 si más no en el caso que los independentistas se hubieran levantado de la mesa, se hubiera cargado de razones y puesto de su lado a una mayoría del pueblo catalán de la misma forma que cuando ETA con una bomba en Barajas hizo saltar por los aire una mesa de dialogo con el gobierno Zapatero, consiguió que una gran mayoría del pueblo vasco dejara de darles soporte.

Indultar a los políticos presos de Cataluña, quitaría de un plumazo la situación de víctimas de la que presumen ante la comunidad internacional y abriría la posibilidad que una mesa de diálogo para solucionar el conflicto dentro del marco de la Constitución y el estatuto de autonomía, pues los independentistas podrían vender a sus bases que si bien no consiguieron su principal objetivo como era la independencia si algo obtuvieron de la negociación, por lo menos la libertad de los políticos presos.

En realidad el indulto no significa que los por él afectados dejen de ser culpables, ni tan solo menoscabar la autoridad del tribunal sentenciador, en este caso el supremo, pues la medida de gracia no cuestiona en ninguna manera el veredicto, que seguirá constando para siempre en las actas correspondientes sin rectificación alguna, sino que la sociedad a través de sus representantes electos ha decidido otorgar perdón a los culpables, bien porqué estos han manifestado su arrepentimiento, o bien porqué ello abre la puerta a la solución o quizás mejor decir “desenquistamiento” de un problema de fondo. Concederlos ahora, puede significar abrir la puerta a un proceso de entendimiento y confraternización en un futuro próximo y si dado el caso, el sector radical del independentismo, consigue imponerse y emulando a ETA, hace saltar por los aires la negociación, el estado español se habrá cargado de razones y los apoyos al independentismo van a bajar de manera estrepitosa, tal y como sucedió en el País Vasco.

No conceder ahora los indultos, como pregona la derecha reaccionaria de este país haría que el estado perdiera la oportunidad de liderar una negociación destinada a terminar con el conflicto existente y a la larga tener que buscar otras concesiones a los independentistas que permitieran encarrilar la solución del conflicto mientras que dentro de pocos meses los políticos presos se pasearían tranquilamente por las calles después de que por ley les fuera concedido el tercer grado.

Siempre he creído y estos días estoy teniendo la más que evidente confirmación que la derecha de este país, solo puede subsistir en base a la confrontación y que en cuanto se solucionan los conflictos pierde toda justificación a su existencia, Sucedió cuando del PSOE consiguió terminar con ETA y sucederá ahora cuando a través de los indultos se encarrile la solución al problema en Cataluña, No es pues de extrañar que hoy día el PP se aprese a recoger firmas en contra la concesión de los indultos, en un intento desesperado de mantener la confrontación entre españoles y catalanes que ya consiguieron en el 2016 con la recogida de firmas en contra del estatuto de autonomía y el posterior recurso ante el TC y que fue de hecho el origen del problema actual.

Los indultos van a desarmar al independentismo irredento como el que predica JxCat. Tal y como reconocen los más inflamados independentistas como Elisenda Paluzie, presidenta de la Asociación Nacional Catalana, y da armas a todos aquellos que consideran fracasada la estrategia empleada hasta ahora y ven necesario un profundo cambio de estrategias que les reconduzca al camino del dialogo la negociación y el pacto.

Por otro lado, basta echar una ojeada al pasado más reciente para darse cuenta que tanto el independentismo radical como en ultranacionalismo español del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, han fracasado estrepitosamente en sus métodos, es pues hora que apartemos estas estrategias fracasadas e intentemos otras bien distintas, que nos conduzcan al éxito y a la paz y concordia en la convivencia entre catalanes y los demás españoles.

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