El Flamenco en estado puro se despide de La Puebla de Cazalla hasta el próximo año

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Noch jonda

Un año más, La Puebla de Cazalla acogía la Reunión de Cante Jondo, un evento que ha servido además como colofón a los actos previos que se han ido desarrollando durante la semana. En su cuadragésima séptima edición, la Hacienda de La Fuenlonguilla acogió a grandes artistas en un encuentro de una estética entre popular y vanguardista que lo distingue del resto de festivales flamencos de verano.


En esta XLVII edición, el cante corría a cargo de Elu de Jerez, quien abría el encuentro tras el toque por soleá de Manuel Valencia, sustituyendo a Rafael Riqueni. Posteriormente llegaba el turno de Cancanilla de Málaga quien acompañó sus cantes con unos bailes ante un público ya totalmente entregado que abarrotaba el recinto. Antes del descanso de la primera parte, Mayte Martín se subía por primera vez a las tablas de este evento, para desplegar su arte con soberbia y maestría.


Abría la segunda parte el baile de Pepa Montes, una de grandes bailaoras que ha ido desfilado en numerosas ocasiones por La Puebla. Era acompañada de la guitarra de Ricardo Miño y el cante de Vicente Gelo y Sebastián Cruz. Tras el taconeo de Montes llegaba uno de los momentos claves de la noche con la actuación de José Menese, junto con la guitarra de Antonio Carrión. Un artista que comenzaba por tientos y cuyo escenario de la Fuenlonguilla es su casa.


Por último, la Reunión de Cante culminaba con la ronda de tonás y martinetes, peculiaridad de la noche más jonda. Una cita única en un marco incomparable donde el tarro de la esencias sigue impregnando el pasar de los días y las noches.

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