Rato queda en libertad con la retirada del pasaporte

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El exvicepresidente tiene que acudir una vez al mes a los juzgados para comparecer y el juez satisface así las medidas cautelares pedidas por la Fiscalía anticorrupción.


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El exvicepresidente del Gobierno y exdirector-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, ha quedado en libertad tras declarar durante más de dos horas ante el juez de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, que ha decretado que debe comparecer una vez al mes en las dependencias judiciales y ha ordenado la retirada de su pasaporte, han informado fuentes jurídicas.

El exministro de Economía ha comparecido ante el magistrado, que le investiga por la presunta comisión de delitos fiscales, de blanqueo de capitales y corrupción de particulares después de ser interrogado, la pasada semana, por la Guardia Civil durante más de cuatro.


Serrano-Arnal ha atentido la petición formulada por la Fiscalía Anticorrupción que ha reclamado como única medida cautelar las citadas comparecencias periódicas y la prohibición de abandonar el territorio de la UE. Queda así en la misma situación que su secretaria Teresa Arellano y el supuesto testaferro Miguel Ángel Montero que declararon ante el juez la pasada semana tras permanecer dos días en los calabozos del Instituto Armado.


La causa afecta, por el momento, a nueve imputados. Además de Rato, Arellano y Montero, el juez atribuye los mismos tres delitos a otro de sus presuntos testaferros, Alberto Portuondo, --el único que ha sido enviado a prisión-- y su socio y abogado Domingo Plaza. Serrano-Arnal también mantiene la imputación sobre la directora general de Zenith, Candi Rodríguez, el consejero delegado de Publicis, Xabier Olazábal, así como dos directivos de ambas sociedades.


A la entrada de los juzgados se ha concentrado una veintena de afectados por las participaciones preferentes, gritando consignas como "Rato ratero, igual que tu padre igual que tu abuelo" y portando pancartas con frases como "Rato y Blesa a prisión" o "Han saqueado este país".


UN JUEZ QUE NO QUIERE EL CASO


El juez continúa avanzando en la investigación a pesar de su evidente deseo por desembarazarse de ella. El pasado viernes, después de dejar en libertad a Arellano y Montero e imponerles comparecencias mensuales, dictó un auto en el que solicita al Supremo que decida sobre la competencia que, en su opinión, debería ser de la Audiencia Nacional.


La investigación ha quedado dividida en tres líneas básicas que confluyen en la empresa Kradonara, de la que Rato es "el beneficiario último" a través de la sociedad británica Vivaway y que fue constituida por otro de los imputados, el abogado y presunto testaferro Domingo Plaza.


Esta sociedad de escasa actividad, constituida en 2001, cambió radicalmente a partir de 2011, momento en el que pasó a dedicarse a la prestación de servicios de consultoría, dice el juez. A partir de ese punto comenzó a recibir grandes cantidades de divisas, que el magistrado cifra en 6,5 millones de euros, y que proceden de transferencias de tres empresas: la británica Vivaway, la panameña Westcastle Corporation y Red Rose, radicada en Bahamas.


Esta primera línea se cruza con una segunda en la que aparecen dos empresas de publicidad que disfrutaron de contratos con Bankia durante la presidencia de Rato. Zenith y Publicis pagaron comisiones por importe de 800.000 euros a cambio de estos anuncios y más de la mitad se derivaron a otra empresa relacionada con Rato y con su exmujer, Ángeles Alarcó. Se trata de la compañía Bagerpleta, con sede en Alemania y propietaria de un hotel en Berlín.



Bagerpleta encabeza la tercera línea de investigación. El juez asegura que recibió, no sólo el dinero de las comisiones de los contratos publicitarios, sino un millón de origen desconocido remitido por Kradonara y Vivaway, otros 100.000 euros procedentes de Telefónica e "ingresos defraudados a Hacienda procedentes de la asistencia de Rato a congresos y conferencias".


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