Juan de Dios Ramírez-Heredia
Abogado y periodista. Presidente de Unión Romaní
Empezando por lo accidental y terminando por lo trascendente. Primero soy europeo; segundo, soy español; tercero, soy andaluz; cuarto, soy de Puerto Real (Cádiz); quinto, soy cristiano; sexto, soy socialista; y séptimo, soy gitano.
Las seis primeras cualidades de mi existencia son accidentales
Primero, soy europeo, pero igualmente podría ser africano o asiático si hubiera nacido en cualquiera de esos continentes.
Segundo, soy español, pero sería francés, ruso o argentino si mi madre me hubiera parido en Francia, en Rusia o en Argentina.
Tercero, soy andaluz, pero ¿por qué no catalán, gallego o extremeño? Todo consiste en el certificado de nacimiento que te da el Registro Civil.
Cuarto, soy gaditano -¡qué suerte la mía de haber abierto los ojos en la tierra que dio a luz la primera Constitución democrática y liberal de España-, pero igualmente podría ser alcalaíno por ser la tierra donde nació el autor del Quijote.
Quinto, soy cristiano por tradición y porque creo que en el Evangelio está la clave del respeto y el amor entre las personas. Pero igualmente podría ser budista o simplemente ateo.
Sexto, soy socialista porque creo que el socialismo es quien mejor puede llevar a cabo el cumplimiento de los ideales de justicia, libertad, solidaridad y respeto que nos debemos todos los seres humanos. Pero en su lugar también podría ser conservador o comunista.
Todo lo dicho hasta aquí es temporal y circunstancial. Todo es aparentemente bueno y todo puede cambiarse justificadamente. Sin embargo, lo que permanece inalterable, lo que ni siquiera yo mismo podría cambiar porque forma parte de mi ente personal e intransferible es mi condición de gitano. Por esa razón:
Primero: Aunque pudiera ser europeo, americano o asiático, siempre seré gitano.
Segundo: Sea cual sea mi nacionalidad, siempre seré gitano.
Tercero: Por encima de la región del mundo donde haya nacido, siempre seré gitano.
Cuarto: Mi patria chica es la que es, pero podría ser cualquier otra. Sin embargo, siempre seré gitano.
Quinto: Pudiendo ser cristiano, o musulmán, o budista o ateo, siempre seré gitano.
Sexto: Ser socialista, liberal, conservador, de izquierdas o de derechas no me impide ser siempre gitano.
Todo lo dicho hasta aquí es verdad, es temporal y es cambiante
Por eso ante ella me rompo la camisa, y coloco a la mujer gitana en lo más alto de mi vida y de nuestra estirpe.
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