Un vecino de Las Pajanosas hace el Camino de Santiago en burro para evitar su desaparición

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Se calcula que quedan alrededor de 640 ejemplares de burro andaluz, y en los años setenta, había más de 70.000. 


Burro pajanosasÁlvaro Jiménez, vecino de Las Pajanosas, ha formado parte de una "expedición" que ha recorrido 200 kilómetros hasta Santiago de Compostela en burro para "concienciar de la problemática y peculiaridades del burro andaluz, una raza que se caracteriza por la nobleza y el tamaño, el carácter, el pelo y su resistencia". El Ayuntamiento de Guillena (Sevilla), de quien depende la pedanía de Las Pajanosas, ha colaborado en la misma sufragando parte de los gastos del viaje.

Aguileña, Cuquillo, Mora, Chabela, Ventero y Bella son los nombres de los seis burros andaluces que han completado este martes 200 kilómetros divididos en diez etapas del Camino de Santiago. Uno de estos rucios es de Las Pajanosas, Ventero, tal como ha informado el consistorio de este municipio en una nota de prensa. Él y su dueño, Álvaro Jiménez, ha formado parte de esta expedición que comenzaba el pasado 8 de agosto con burros de diferentes puntos de Andalucía, sus dueños y otros defensores de la Asociación del Asno de Pura Raza Andaluza (Asnopra).

El burro andaluz es una de las razas de equinos más antiguas de la Península. La selección lo ha convertido en un animal de "trabajo y carga excepcional". En los últimos tiempos, la mecanización y el uso del mulo han jugado "fuertemente en su contra".

En Guillena, ha abundado el Ayuntamiento en su comunicado de prensa, ha contado con una "tradición muy arraigada". "Mi pasión por los burros me viene de mi abuelo, que trabajaba el campo con ellos, como casi todo el pueblo", ha recordado Álvaro Jiménez. De hecho, Las Pajanosas está vinculada a este animal también con la figura del arriero, a quien se le ha dedicado hasta una glorieta.

Los arrieros, también llamados muleros, trajineros o acemileros, eran los encargados del transporte de mercancías al estilo de los actuales camioneros o repartidores. Hacían su viaje a pie acompañados de una mula o por burros, que cargaba la mercancía, que luego se encargaban de repartir o vender entre sus vecinos.

Se calcula que quedan alrededor de 640 ejemplares de burro andaluz. En los años setenta, había más de 70.000. Ahora están en riesgo de desaparecer y el Camino de Santiago ha sido una forma de concienciar para evitarlo.

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