Rajoy y el cambio climático

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Aunque ya debería estar acostumbrado después de 4 años de gobierno de un impresentable como Mariano Rajoy, no puedo evitar sorprenderme, cada vez que el ínclito presidente de España suelta una parrafada en algún que otro fórum internacional, donde le permiten abrir la boca.


De todos es sabido, como desde su gobierno y en concreto desde su ministerio de industria, bajo la batuta del inefable ministro Soria, llevan cuatro años, favoreciendo hasta lo indecible a las grandes corporaciones energéticas, en detrimento de las llamadas nuevas tecnologías, suprimiendo todas aquellas medidas impulsadas por el anterior gobierno socialista, que pretendían promover la utilización del transporte público, en detrimento del uso del coche privado en las grandes urbes, como era la limitación de velocidad, a 80 km/h en los accesos a las mismas, cuestión que por otra lado ahorraba un montón de muertos por accidentes; o la que resultó más grave de todas, como es terminar de un plumazo, con todo tipo de ayudas a las renovables, incluso penalizando el auto-consumo, con el fin de favorecer la rentabilidad de las grandes corporaciones eléctricas.


No solo esto, sino que además se han invertido enormes cantidades en rastrear fondos marinos de zonas especialmente sensibles, a otro tipo de industria como el turismo en las islas Canarias, en busca del preciado oro negro, uno de los contaminantes más agresivos, como se ha reconocido internacionalmente, en lo que al cambio climático se refiere.


Claro que teniendo en cuenta que su ilustre primo, el catedrático, cuando opina que esto del cambio climático es una solemne burrada, no deberíamos negar la coherencia de la que hace gala nuestro ilustre y nunca bastante ponderado presidente.


Decía al principio que este tipo me sorprende, a raíz de sus declaraciones en la cumbre que estos días se ha celebrado en París, y en donde el sujeto, se lanzó a un discurso en el que bien poco dijo, por no decir nada, además en una forma y lenguaje, del que estoy seguro ni el mismo entendía lo que de su boca salía. No olvidó, sin embargo, condicionarlo todo a su victoria electoral, como si él hubiera sido en estos cuatro años de gobierno, un adalid en la lucha contra el cambio climático en nuestro país, cuando la realidad demuestra que sus políticas han ido en sentido contrario. ¿Cómo puede pretender le creamos, cuando se ha vuelto atrás en la apuesta que este país hizo en tiempos del socialista Zapatero por las energías renovables, eólica y solar, penalizando fiscalmente a los que apostaron por este tipo de inversiones?


Estos días además, podemos ver como una gran empresa que apostó por las energías renovables, como la andaluza Abengoa, se tambalea por cuestiones financieras y porqué los bancos españoles, estos que fueron rescatados con dinero público, hoy le niegan el pan y la sal y el gobierno de Mariano intenta mantenerse al margen, aunque con ello peligren unos 7.000 puestos de trabajo en nuestro país y casi unos 20.000 en el resto del mundo. Tanto Mariano como De Guindos, siguen diciendo que la única solución de Abengoa, pasa por la entrada de un nuevo socio industrial que se haga cargo de la enorme deuda que arrastra; sin plantearse en ningún momento la posibilidad, de una intervención del sector público, apoyando una nueva gestión en la que los trabajadores tuvieran un papel predominante, manteniendo esta empresa como multinacional española y sin posibilidad de deslocalización.


Si este gobierno, fue capaz de poner sobre la mesa más de 40.000 millones de euros para rescatar Bankia de la nefasta gestión de Don Rodrigo Rato, que por cierto sigue campando a sus anchas sin responder de ello, bien podría hoy poner sobre la mesa la parte necesaria para mantener a flote una empresa líder mundial en un sector de futuro, ¿no les parece?.


Pero no creo que Mariano esté por labor, preocupado en estos momentos por esconderse en los debates públicos para no tener que responder de los últimos cuatro años de gestión gubernamental que no se puede calificar precisamente de brillante por ningún lado que se quiera mirar. Ya hace tiempo que vengo intuyendo la imposibilidad que Rajoy y el partido Popular vengan a liderar el cambio en el modelo económico que España necesita, un cambio que en un futuro cercano debe pasar sin lugar a dudas, por suprimir todas las bases del actual capitalismo, como la especulación, el descontrol del sector financiero y el mantenimiento de la desigualdad social, como arma de sometimiento de las mayorías a una élites de privilegiados, (justo las mimas bases que defiende el programa económico neoliberal de Ciudadanos). Resulta pues más que importante que el próximo 20 de Diciembre, los españoles no nos dejemos deslumbrar por promesas de bajadas de impuestos, que luego van a resultar incumplidas, o por signos de recuperación económica que solo lo son en apariencia y que nos conducen a perpetuar la desigualdad social, en lugar de buscar la salida en un nuevo modelo basado en la justicia social y en conservar nuestro planeta, para garantizar la propia supervivencia de la especie humana.

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