Feragua advierte del problema de la prohibición de la pesca del cangrejo rojo para la actividad arrocera

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Cangrejo feragua

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía FERAGUA ha advertido de la magnitud del problema que representa la prohibición de la pesca del cangrejo rojo, no ya sólo para los cerca de 250 pescadores que viven de esta, sino también para las 1.800 familias que viven de la actividad agrícola en las Marismas del Guadalquivir, y particularmente de la actividad arrocera, que genera una actividad económica anual de 150 millones de euros.


Para los agricultores del sector arrocero y sus familias la prohibición de la pesca del cangrejo rojo tendrá unas consecuencias catastróficas que empezarán a apreciarse de forma abrumadora no más comience la temporada de recolección, entre julio y octubre, y los millones de cangrejos que ahora mismo están hibernando empiecen a horadar caminos, tuberías, canales de riego y todo tipo de infraestructuras de riego y viales, provocando un daño que se estima que puede llegar a rondar los 9 millones de euros por temporada, además de un aumento del 10% del consumo de agua, como consecuencia de las pérdidas causadas en las infraestructuras de transporte por la acción de esta especie.


"Las autoridades no pueden imaginarse lo que se nos viene encima, eso sólo lo saben los agricultores que están allí a pie de terreno, y lo que nos cuentan, sin exageración alguna es que nos encontraremos con tal cantidad y de tal tamaño que nuestros caminos agrícolas podrían verse literalmente asfaltados por cangrejos rojos", explica el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, que subraya que lo más penoso y delicado de esta prohibición es que se va a romper el equilibrio que tanto ha costado lograr y que hoy es posible por la fuerte actividad comercial que genera el cangrejo rojo.


"Habitualmente hacen falta destinar muchos millones para luchar contra las especies invasoras, en este caso tenemos una actividad natural que palia los efectos negativos de la presencia de una especie en el ecosistema y que, lejos de costar dinero, derrama beneficios económicos y sociales sobre todo el entorno y también de naturaleza medioambiental, pues el cangrejo es comida para la avifauna del entorno del Parque de Doñana, como dicen los científicos e investigadores ", explica el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, que subraya también el equilibrio ecológico alcanzado en la cadena trófica. "La prohibición de la actividad pesquera romperá este equilibrio, creando un problema que de casi imposible solución y que perjudicará enormemente la actividad agrícola de nuestros asociados", destaca el líder de los regantes andaluces.


Por ello, Feragua y las Juntas Centrales de Usuarios de ambas márgenes del sector arrocero exigen soluciones antes del inicio de la temporada de recolección del cangrejo, que se extiende de julio a octubre y se suman a la indignación de las familias afectadas por la irresponsable actuación de un colectivo autocalificado de ecologista y que romperá el equilibrio ambiental y agrícola de las marismas del Guadalquivir. "Me gustaría que estos mal llamados ecologistas se vinieran aquí al campo, a partir de julio, y se pusieran ellos a intentar paliar el efecto devastador que estos millones de cangrejos que se van a quedar sin pescar van a causar en infraestructuras de riego y de caminos", explica el presidente de Feragua, que pide a las administraciones que actúen con celeridad y rectifiquen la legislación para tener un ordenamiento que no deje resquicios de la legalidad de la pesca controlada del cangrejo rojo.


En caso de no autorizarse la pesca del cangrejo rojo, Feragua reclamará a las administraciones indemnizaciones y ayudas para hacer frente a los enormes problemas y necesidades que surgirán para el mantenimiento de las infraestructuras de riego en las Marismas del Guadalquivir. Feragua estima que las administraciones tendrán que liberar unos 9 millones de euros cada año para hacer frente a los daños causados por este especie en infraestructuras de riego y caminos.


Los regantes advierten además del riesgo creciente que esta prohibición representa, pues, al no pescarse, la población se multiplicará y aumentará de tamaño, incrementando exponencialmente su impacto sobre las infraestructuras de riego. Asimismo, señalan el riesgo que pueden llegar a representar incluso para la vida humana, pues esta especie, descontrolada, es capaz de causar grandes zanjas en los caminos, "y ya hemos tenido algún accidente por la zona que casi cuesta la vida a una persona", explica el presidente de Feragua, que concluye que este tipo de episodios pueden producirse con una frecuencia mucho mayor si la prohibición de la pesca deja convierte el mantenimiento de las infraestructuras en "un reto imposible e inabordable para el sector".


Feragua subraya la situación sin salida en que la sentencia del Tribunal Supremo ha dejado la cuestión en este momento. "Si no se puede pescar y la solución química tampoco es viable porque tiene gravísimas consecuencias medioambientales, ya nos explicarán las administraciones qué es lo que vamos a hacer, porque la especie se descontrolará y lo que está claro es que los agricultores no vamos a poder hacer frente a las labores de mantenimiento que exigirá", explica el líder de los regantes andaluces, que advierte además del riesgo que de que se produzcan actuaciones descontroladas de uso de fitosanitarios de forma ilegal para erradicar el cangrejo rojo, lo que tendría un efecto devastador sobre el ecosistema.


"Nos vamos a encontrar con un problema ambiental, un problema agrícola y un problema social en un entorno que se verá súbitamente deprimido a causa de esta prohibición", explica Cepeda, que también se refiere al problema colateral sanitario que puede derivarse de una venta ilegal de cangrejo sin controles sanitarios. Por ello, señala, no se trata de un problema aún mayor del que se ha presentado a la opinión pública, no es sólo el problema de un pueblo, Isla Mayor, y de los 250 pescadores que se dedican al cangrejo rojo, "es un problema que afecta a más de de 1.800 familias que dependen de la actividad agrícola en las Marismas del Guadalquivir".


La Junta General de Feragua, con el apoyo de las Juntas Centrales de Usuarios de la Margen Izquierda y Derecha del sector arrocero, ha acordado trasladar a las administraciones y la opinión pública el "terrible y urgente problema que esta cuestión representará a partir de septiembre" y se plantea realizar diferentes movilizaciones y actuaciones de protesta, en caso de no encontrar una respuesta rápida y acorde a la dimensión del problema.



Datos para entender la dimensión del problema


En 1980 cuando el cangrejo rojo empezaba a ser una amenaza para el arrozal, se estimó en 1.620.000 euros (270 millones de las antiguas pesetas) el coste necesario para arreglar las infraestructuras dañadas: banquetas, almorrones, tuberías de desagües, piqueras y caminos.


En la actualidad, el coste medio de lucha contra a el daño del cangrejo rojo se estima en 80 €/ha que por las 36.000 Ha actuales, ascienden a 2.700.000 euros. Este gasto es el calculado desde la convivencia con la pesca, que controla la propagación de la especie, y es el necesario para las labores de reparación exigidas por la acción del cangrejo rojo: descubrir las galerías, abrirlas (picarlas) y rellenar con árido y compactar con maquinaria en caminos, banquetas de canal y desagües. En el caso de perforación de los almorrones (separadores de tierras entre tablas o parcelas de arroz) la labor de reconstrucción de los mismos, se tiene que hacer a mano.


Esa estimación económica se realiza sobre la base de la actual población de cangrejo rojo. En el caso de que el control de la pesca desapareciera, y dado que no hay alternativa de tratamiento químico por los muchos daños contra la biodiversidad que generaría, los daños se pueden multiplicar por 4/6 veces, (300-500 €/ha), poniendo en peligro la viabilidad de todo el sector arrocero


Actualmente, en toda la Marismas Arrocera se pesca sobre 7 millones de Kg de cangrejo, que suponen sobre 300 millones de cangrejos (25 gr/unidad). Asimismo hay que considerar que las hembras ponen entre 700 y 1.000 huevos por puesta (una cada año), lo que indica la alta tasa de multiplicación que tiene el cangrejo. Todos estos datos indican que estamos hablando de un problema de gran magnitud no sólo para Isla Mayor y para las 250 familias que viven de la pesca del cangrejo rojo, sino para las 1.800 familias que dependen de la actividad agrícola en las Marismas del Guadalquivir". 

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