España a la cola de los países de la Unión Europea en términos de ingreso y satisfacción vital

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Informe nios Unicef

UNICEF Comité Andalucía y el Observatorio de Desigualdad de Andalucía han organizado una jornada técnica para analizar en profundidad los datos del Informe Equidad para los niños elaborado por la oficina de estudios de UNICEF, que realiza una clasificación de la desigualdad en la infancia en los países ricos, entre los que se encuentra España.


Especialistas en políticas de infancia de UNICEF Comité Andalucía, responsables del Observatorio de la Desigualdad en Andalucía y expertos como Ricardo Molero Simarro, profesor del departamento de Economía de la Universidad Loyola de Andalucía y Antonio Escolar, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública en Andalucía, han analizado los indicadores en materia de ingresos, salud, educación y bienestar subjetivo y cómo afectan a la infancia y a las familias.


Actualmente España es el cuarto país de la Unión Europea con mayor índice de desigualdad en la infancia. Se encuentra a la cola de los países más desarrollados (puesto 22 de 41) en desigualdad general de la infancia, según el informe Equidad para los niños. El caso de España, que presentó el pasado 14 de abril UNICEF Comité Español. En materia económica (ingresos) nuestro país ocupa el sexto peor puesto, y baja al cuarto si el ranking se limita a los países de la Unión Europea, tan solo por delante de Rumanía, Bulgaria y Grecia.


El 36% de los menores españoles vive en riesgo de pobreza o exclusión social, 51% en el caso de Andalucía, sin embargo, España es el país de la Unión Europea que menos porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) dedica a las prestaciones monetarias para familias e infancia: un 0,5%, menos de un tercio de la media europea. Se encuentra, además, entre los países que menos gasto en protección social dedica a los niños y sus familias con el 1,4% del PIB, frente al 2,3% de media de la UE o el 3,7% de Dinamarca, el 3% de Irlanda o el 2,5% de Francia. Para Ricardo Molero Simarro, de la Universidad Loyola de Andalucía, “las políticas de ajuste y austeridad han provocado el mayor impacto que la crisis ha traído a España y Andalucía en comparación con la UE”. “El empeoramiento de las condiciones de vida es consecuencia del incremento de la desigualdad, no de la crisis”, ha asegurado. Por su parte, Sonia Díaz, responsable del Observatorio de la Desigualdad de Andalucía ha recordado que la brecha de desigualdad sigue creciendo “62 personas acumulan la misma riqueza que el resto del mundo”.


Los datos del informe de UNICEF Comité Español ponen de relieve que una creciente proporción de la población está quedando al margen del bienestar, la seguridad y las oportunidades que disfruta el resto de la sociedad. En esta situación los niños y jóvenes constituyen uno de los colectivos más perjudicados. “La brecha creciente de desigualdad supone una gran preocupación para las organizaciones sociales, gobiernos y sociedad civil, no sólo porque


supone una desventaja en el presente para los niños de familias con menos recursos en aspectos como la educación, la salud y la vivienda; y condiciona su futuro, sino porque además, esconde infelicidad, sufrimiento y miedos para estos niños” ha asegurado la coordinadora de UNICEF Comité Andalucía, Maribel Martínez Viamonte, “cuanta más desigualdad sufren los niños, más pobres e infelices son”.


La desigualdad infantil en España en las áreas de salud (puesto 10 de 35) y educación (puesto 12 de 37) arroja datos más optimistas, ya que nos sitúa en la media del resto de países y se mantiene estable respecto a años anteriores. Sin embargo, en términos de satisfacción vital de los niños la desigualdad ha crecido en los últimos años, y ha afectado especialmente a dos colectivos: a las niñas y al colectivo infantil de migrantes. Para Antonio Escolar, de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública en Andalucía “el grado de pobreza infantil alcanzado en España dejará efectos indelebles en la salud de los niños y las niñas, porque la exposición durante la infancia a situaciones de privación y desigualdad está asociada a peores resultados en salud a corto, medio y largo plazo”.


El informe también destaca las medidas positivas que se han llevado a cabo, como la aprobación del II Plan Estratégico de Infancia y Adolescencia 2013 -2016, el Plan Nacional de Acción para la Inclusión Social o la puesta en marcha del Fondo Extraordinario para la Pobreza Infantil y del Plan Integral de Apoyo a la Familia. No obstante, y dada la magnitud de este problema, los 48 millones de euros con los que está dotado el Fondo contra la Pobreza Infantil resultan muy escasos. UNICEF Comité Español estima que la inversión en políticas de infancia del conjunto de las administraciones públicas por niño disminuyó en más de 6.300 millones de euros entre 2010 y 2013. “La capacidad del estado español para reducir la pobreza y la desigualdad en la infancia ha sido bastante limitada hasta la fecha”, asegura Maribel Martínez Viamonte, coordinadora de UNICEF Comité Andalucía. “Ha habido poca inversión en protección social, y la poca que ha habido no ha dado resultados suficientes”.


En Andalucía la inversión en políticas de infancia se redujo en 2013 en un 14% con respecto a 2010 y en un 5% respecto a 2007, lo que supone volver a valores inferiores a los de hace 8 años (2007). Aunque se ha realizado un esfuerzo sostenido en materia de inversión, en función del presupuesto total de Andalucía. Esto se debe a que la inversión pública total se ha reducido en mayor proporción (-7%) que la inversión en políticas de infancia (-5%). Esto se produce en un contexto en el que la ECV 2014 nos arroja una tasa de riesgo de pobreza o exclusión social infantil (tasa AROPE) del 51,1%.


UNICEF refuerza la urgencia de alcanzar un Pacto de Estado por la Infancia que tenga ponga a la infancia y sus familias en el centro de la agenda política y de los presupuestos.

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