​La US restaura modelos anatómicos del XVIII al XX de Medicina

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La intención es aumentar la visibilidad de este fondo de modelos para lograr la sensibilización de la sociedad sobre la importancia de conservar este patrimonio científico


Modelos anatomia us

La Universidad de Sevilla cuenta con 525 piezas en su fondo de modelos anatómicos realizados entre los siglos XVIII al XX, usados con fines docentes en la Facultad de Medicina. Piezas registradas, además, en el Catálogo del Patrimonio Cultural de la institución. La Hispalense acaba de terminar la primera fase de restauración de estas piezas, un total de nueve seleccionadas. Actualmente, están en intervención 20 modelos anatómicos más, "algunos de grandes dimensiones en distintos soportes".

La intención a futuro de la US es "aumentar la visibilidad de este fondo y lograr la sensibilización de la sociedad sobre la importancia de conservar este patrimonio científico que a veces pasa tan desapercibido", formando parte del futuro museo universitario. Fuentes de la US explican a Europa Press que estos modelos, ahora convertidos en "obras de arte", son esculturas de bulto redondo y altorrelieves que muestran cuerpos humanos completos o parte de ellos seccionados y en ocasiones representando diversas patologías.

Estos modelos bi y tridimensionales fueron utilizados en el pasado con fines educativos, un recurso "muy utilizado en las aulas de anatomía y disección para el estudio de la estructura orgánica humana". "Hoy dan testimonio de los métodos de enseñanza utilizados durante siglos en la transmisión de los conocimientos anatómicos humanos imprescindibles en la preparación de generaciones de médicos", señala el profesor Javier Bueno Vargas, profesor del Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes.

Al detectarse el "mal estado de conservación de muchas de estas esculturas y relieves", la Dirección General de Cultural y Patrimonio de la US propuso que fueran restaurados por alumnos del Grado de Conservación y Restauración de Bellas Artes como práctica docente. En estas prácticas, se han detectado numerosas "faltas o lagunas de soportes y acabados pictóricos, repintes y retoques, reetiquetados, acumulación de suciedad y manchas".

Entre los factores de deterioro estaban la manipulación por el uso docente, el envejecimiento natural de los materiales constituyentes, el haber estado en condiciones medioambientales inadecuadas (humedad, temperatura e iluminación), la realización de intervenciones no expertas a lo largo de la historia y las condiciones de custodia, almacenaje y exposición.

Entre las piezas de mayor calidad se encuentra 'el niño diseccionado', modelo realizado en cera, una técnica cara y frágil, que hacía que la pieza se alterara "rápidamente a consecuencia de la manipulación". Le siguen en calidad los modelos fabricados en papel maché hueco con estructuras metálicas internas y policromados, probablemente al temple y al óleo, como el corazón y la pelvis femenina, restaurados en esta primera fase.

Este tipo de piezas en papel maché fueron manufacturadas en serie y, por tanto, "óptimos sustitutos del cadáver diseccionado, comenzando a usarse desde la segunda mitad del siglo XIX por instituciones educativas, universidades y escuelas secundarias para la enseñanza de la anatomía humana, la zoología y la botánica".

Los modelos anatómicos más recientemente intervenidos son de mediados del XX. Muchos de ellos fueron confeccionados por los alumnos durante la cátedra de anatomía de José María Cañadas en Medicina. Algunas de las piezas de madera de esa época están firmadas con las iniciales AP, que se corresponden con el escultor Antonio Pérez. El resto son anónimas. Están realizadas en madera, escayola y metal, y policromadas al óleo.

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