La desconocida ciudad romana de Arva a orilla del Guadalquivir

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Juangabriel antroplogo

Andalucía es una de las regiones más ricas en yacimientos arqueológicos de España. Por ella han transitado destacadas culturas que han dejado huellas indelebles en el tiempo pasado y presente. La malparada arqueología se ha encargado de sacar a la luz los restos del pasado para que podamos disfrutarlos en el presente y aprender sobre nuestros orígenes y cultura.


Muchas de estas irreemplazables huellas comienzan a borrarse e incluso a desaparecer por falta de atención. Innumerables yacimientos arqueológicos descubiertos y aún por descubrir esperan un reconocimiento mayor que los salve del olvido, como por ejemplo ocurre con la ciudad romana de Arva, catalogada como BIC, próxima al municipio sevillano de Alcolea del Río.


Esta ciudad se encuentra ubicada entre los municipios de Lora del Río y Alcolea del Río, en una de las laderas a la derecha del Guadalquivir. Aunque el asentamiento tiene sus orígenes en época íbera, alcanzará su mayor esplendor en época romana como Municipium Flavium Arvense. El comercio era una de las actividades principales en su economía. Tenía puerto a orillas del río donde se embarcaban los productos de la Bética en dirección a otros puertos del imperio. Predominaba el aceite, según atestiguan los restos hallados de ánforas, como producto más demandado. En ella podemos contemplar los restos de varias edificaciones en su disposición urbana romana donde destacan las termas monumentales y sus estructuras abovedadas, además de una importante zona industrial alfarera atravesada por la carretera que une a los dos municipios en la actualidad. El asentamiento se prolongaría hasta el siglo IV d.C. según indica la datación de varios enterramientos tardíos.



En la actualidad es difícil hacernos una idea de la ciudad debido a su pésimo estado de conservación por la falta de medidas que la protejan. El continuo expolio, desde la antigüedad, hace estragos en su morfología y la priva de sus potenciales recursos turísticos para una comarca castigada por el desempleo. A ello hay que sumarle la falta de visibilidad, como nos muestra el estado del panel informativo que hallamos en la destartalada y clausurada entrada, que invalida realizar cualquier tipo de visita, y por tanto, despertar el interés de los múltiples turistas o curiosos/as que frecuentan la antigua Bética en busca de su pasado.


Ante este ejemplo de dejadez es conveniente reflexionar sobre el rico patrimonio que nos brinda Andalucía y sus infinitas posibilidades, para tomar conciencia del potencial que tiene como elemento generador de riqueza en la región. Arva, aceptando sus modestas posibilidades, es un yacimiento arqueológico que por su importancia académica, interés cultural y ubicación privilegiada permite un amplio uso sociocultural y lúdico. No podemos permitir que en una sociedad caracterizada por los continuos avances técnicos y el uso de las nuevas tecnologías el pasado, que engalana cada rincón de nuestra tierra, caiga en el olvido y desaparezca de la mentalidad colectiva por falta de información y su difusión. Hay que preservar y hacer visible nuestro pasado para disfrutarlo en el futuro, siendo necesario tomar medidas y dinámicas que luchen en contra del abandono que sufren muchos yacimientos arqueológicos de Andalucía.

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