El cordobés Rafa Muñoz, la otra cara del deporte de élite

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Rafa muos

Rafael Muñoz Pérez (Córdoba, 3 de marzo de 1988) anunció hace unos días su retirada de la natación con solo 28 años, una noticia que ha sorprendido no solo por su edad sino por su envidiable palmarés que incluye el récord mundial de los 50 metros mariposas (22 segundos y 43 centésimas) en 2009 en los mundiales de Roma. Sin embargo, en una entrevista en la Cadena Cope, el nadador ha narrado el calvario que ha pasado durante su etapa de deportista de élite, convirtiéndose así en uno más de una lista de deportistas que no pueden asimilar su éxito y las exigencias de la máxima competición y que vuelve a abrir el debate sobre el deporte de élite.


Y es que Rafa Muñoz ha asegurado que no encajó bien el éxito de su logro conseguido en los Mundiales de Roma cuando se convirtió en recordman mundial en los 50 metros mariposas. "Tengo grabado a fuego cuando al día siguiente tenía 123 llamadas perdidas de medios de comunicación. Mucha gente encaja bien el éxito y yo no lo encajé. Tenía sólo 20 años y no tenía esa madurez para asumir la repercusión mediática. Si no te han formado o asesorado, es duro. Me lo fui tragando".


El nadador andaluz, que ahora estudia un máster en Gestión y Administración deportiva y aprende catalán porque se está preparando la oposición a policía local o Mosso d'Esquadra, ha hablado de la depresión en el deporte que vivió en primera persona tras su éxito. "Te encierras tanto en el deporte que caes en ese pozo depresivo. Había estado sin nadar 15 días antes del Mundial de Roma y me fueron a ver mis padres porque no quería competir. Tenía miedo de lo que podía conseguir, de mis capacidades", ha asegurado Muños que pese a ello volvió de aquel Mundial con dos bronces.


"En ese momento casi no quiero sacar las medallas de la maleta. Empiezo a salir, a no estar pendiente de lo que tenía que estar. Me llegaron tres amonestaciones porque no rellenaba dónde iba a estar para los controles antidopaje. Mis vacaciones se extendieron cinco meses y a veces llegaba a casa bebido. No me avergüenzo porque lo he superado. Cuando llega la tercera amonestación, la Federación no me llama, tampoco a mi club. Me llegó la sanción y tenía que declarar ante el TAS. La única forma de que me quitasen esa amonestación era por mi cuadro depresivo", ha recordado de aquellos duros momentos.


Lo más duro de sus palabras fue cuando aseguró que ha intentado suicidarse dos ceves. "Yo vivo en un quinto, con eso lo digo todo. Me llegué a asomar a la ventana. Al final, uno tiene sangre y tiene cabeza y no podía seguir así, me puse en manos de un profesional. Después de ir al psicólogo, empecé a asimilarlo, y cuando pasa el tiempo, te enorgulleces de haberlo superado", ha confesado Muñoz en la entrevista.


Después de aquel suceso, Rafa Muñoz se proclamó campeón de Europa unos meses antes de los Juegos de Londres, pero su marca no fue suficiente para ir a la cita olímpica. Desde entonces, y pese a rozar la final en el Mundial 2013, el cordobés no recupera su nivel y comienza su enfrentamiento con la Federación a la que acusa de abandono en varios momentos de su carrera. En 2016 continuó entrenándose, pero decidió no inscribirse en los Campeonatos de España para conseguir marca mínima de cara a los Juegos de Río.


Esta semana, Rafa Muñoz anunció su retirada. A sus 28 años, casado y padre de un hijo, estudia un máster en Gestión y Administración deportiva, hace crossfit, pesca submarina y aprende catalán porque se está preparando la oposición a policía local o Mosso d'Esquadra. "Cuando mi hijo sea más consciente, le enseñaré mis medallas y mis vídeos de lo que hice", sentenció.

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