​​El Betis se ahoga en la orilla

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Betis celta

Sabor agridulce con el que se marcharon los aficionados del Real Betis Balompié desdepués de ver a su equipo empatar a 3 ante el Celta de Vigo en un partido disputado en medio de una fuerte lluvia que arreció a ratos, como ocurrió con el juego del equipo verdiblanco que fue un ciclón a rachas y que del mismo modo se vio superado en algunas fases del encuentro, especialmente al inicio.

Con el esquema que viene definiendo al equipo de Víctor Sánchez del Amo, el once tuvo importantes novedades con respecto a los últimos partidos de liga. Así, el canterano José Carlos ocupó el puesto de central izquierdo, Durmisi fue el carrilero zurdo y Sanabria acompañó a Rubén en punta en detrimento de Joaquín. Pero sobre el césped el equipo se pareció más al de la era Poyet que al que batió a Las Palmas. Excesivamente replegado y sin una presión alta, el Betis se vio superado con un Celta que movía el balón con total tranquilidad hasta encontrar el hueco perfecto. Avisó dos veces por la banda derecha Bongonda, la primera acabó con tarjeta a Donk, la segunda fue Bruno quien apagó el fuego. A la tercera fue la vencida y llegó el gol tras una nueva internada del jugador celtiña cuyo centro fuerte se paseó por el área pequeña hasta llegar a Wass que hizo la misma operación pero que esta vez encontró el pie de Iago Aspas para poner el 0 a 1 en el marcador. El gol siguió sin espolear a los locales que seguían persiguiendo sombras duránte 10 minutos más. hasta que apareció Ceballos.

El Utrerano se echó el equipo a las espalda, bien secundado por la raza de Petros y una combinación suya acabó en el primer tiro del Betis en el partido, obra de Sanabria. Durmisi comenzó a percutir por la izquierda y el público del Villamarín comenzó a apretar viendo el cambio de actitud y juego de sus jugadores. El Celta dio un paso atrás, sintiéndose incómodo hasta que llegó la jugada del inocente penalti cometido por Fontás sobre Petros. Rubén Castro transformó la pena máxima y logró romper su racha en casa. Al descanso 1 a 1 con la sensación de mejoría clara del Betis y sus posibilidades de victoria.

Una sensación que aumentaría con la puesta en escena de los locales que desarbolaron con una presión altísima a su rival durante un cuarto de hora. Rafa Navarro había entrado por Bruno para cerrar a Bongonda, una pesadilla en la primera parte, aunque no lo logró del todo tal como se vio en el segundo gol celtiña. Pero antes, El Betis robaba, llegaba y pegaba. Rubén Castro avisó con un lanzamiento al poste tras una combinación con Durmisi y el omnipresente Ceballos. Y de nuevo el utrerano y el canario se aliaron para que este último diera un magnífico pase a Sanabria que marcó tras driblar al portero. Locura en el Villamarín en medio de un aguacero tremendo que aceleró aún más la velocidad del juego. Ni el árbitro, con un vara de medir muy distinta para ambos equipos en el ámbito disciplinario, descentraba al equipo bético que seguía dominando aunque la presión disminuyo y el Celta comenzó a buscar las cosquillas, más aún con la entrada de Orellana. Y llegó el empate en el primer remate visitante de la segunda parte tras nueva entrada de Bongonda y remate en boca de gol de Iago Aspas.

Movía el banquillo Víctor y entraba Joaquín por Sanabría en un intento de crear aún más juego y espacio. Y lo que funcionó fue la estrategia. Avisó Pezzela con un remate tras falta latera y en el córner siguiente fue el propio jugador argentino el que remató un centro de Joaquín enmendando en parte su fallo en la marca del segundo gol. Intentó el Betis tranquilizar el juego sin mucho éxito. El partido se dirigía hacía un corre calles y pudo el Betis sentenciar el partido tras una nueva internada de Durmisi desaprovechada por Rubén Castro que intentó un recorte en boca de gol. También pudo hacerlo con disparos del propio Durmisi y Ceballos que se marcharon fuera. Pero lo que llegó fue el gol visitante a la salida de un córner tras rematar Roncaglia absolutamente solo. Quedaban solo 4 minutos y al Betis le entró miedo. Más aún cuando Petros vio la segunda amarilla y se quedaba con uno menos los locales. Un despeje a córner de la defensa bética llevó el susto a una grada que animó hasta el final y despidió con una ovación a los suyos por el esfuerzo.

Tres puntos que pudieron ser se quedaron en uno solo pero parece que el equipo compite y el aire ha virado en Heliópolis.

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