Las implicaciones de aparecer en el RAI

El RAI, o Registro de Aceptaciones Impagadas, consiste en un registro de empresas o sociedades que hayan incurrido en impagos, es decir, lo que se conoce popularmente como una lista de morosos, la cual contiene toda la información negativa sobre sociedades españolas (citando su web, la función de este registro de morosos es "contribuir al saneamiento del sistema financiero y mejora del tráfico mercantil, mediante la puesta a disposición de información relativa a incumplimientos de pago, a través de sistemas informáticos centralizados).

La entidad que tiene encargada la gestión del RAI es el Centro de Cooperación Interbancaria que viene a ser "una asociación profesional sin ánimo de lucro, que no desarrolla actividad económica alguna". En enero de 2013 estaba formada por 149 asociados, entre bancos, cajas de ahorro, cajas rurales y otras entidades de depósito, un número que ha ido creciendo hasta hoy día.

Por lo tanto, es en la actualidad uno de los listados de morosidad más importantes de España ya que la entidad que aparezca en el RAI es debido a que la empresa ha contraído una deuda de más de 300 euros (y que ha sido probada por la propia empresa).

Para evitar la inclusión de una empresa en este registro, es necesario no tener ningún tipo de deuda por más de tres meses, ya que el registro se hace efectivo a los 90 días. Es decir, si se retrasa algún pago o factura, existe este plazo de tiempo para corregirlo antes de recibir la etiqueta de moroso. Si se han tomado las medidas oportunas y aun así, se ha incluido en la lista, se puede reclamarlo presentando las correspondientes pruebas.

Inconvenientes de ser incluido en el RAI

El mayor inconveniente que tiene ser incluido en el registro, es que nuestra empresa, aunque salde la deuda, permanecerá en la lista durante 30 meses, para indicar que es una empresa irregular en los pagos. Es decir, por un despiste o un pequeño retraso sin importancia dentro del volumen total de la empresa, podemos estar dentro del listado por más de dos años y medio, lo cual puede ser un inconveniente a la hora de crear nuevas relaciones comerciales, la contratación de nuevos trabajadores y, sobre todo, a la hora de solicitar préstamos o créditos, ya que las entidades bancarias miran detenidamente todo este tipo de cuestiones.

También hay que tener en cuenta que sólo pueden incluirnos en este tipo de lista o iniciar el proceso las cooperativas de crédito, los bancos y las cajas de ahorro, por lo que no debemos preocuparnos de que algún particular nos haga la vida imposible, ya que además, nosotros tendremos que aceptar que estamos incurriendo en esa deuda; por lo que, en teoría, siempre estaremos al tanto de posibles inclusiones en el RAI para tomar las decisiones oportunas antes de que expiren los 90 días de rigor.

Una vez hemos sido incluidos en la lista ya no podemos salir de ella, por lo que es muy importante comunicar cualquier tipo de infracción en estos 90 días. Una vez transcurridos los tres meses, permaneceremos en la lista los ya citados 30 meses. No hay vuelta atrás.