El Betis vuelve a la victoria y casi asegura la permanencia

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Betis eibar

Ganar es lo único que importa en el fútbol y si además lo haces con momentos de buen fútbol, mejor. Eso es lo que sucedió en una calurosa tarde de domingo en el Benito Villamarín donde el Real Betis Balompie se impuso con justicia por 2 a 0 ante el sorprendente Eibar que dejó mucho que desear en su visita a Sevilla. En un ambiente crispado, con pitos para jugadores, entrenador y directiva, los goles de Jonas Martin en el segundo minuto de juego y de Dani Ceballos en el penúltimo, dan tranquilidad a un club en constante turbulencia interna que parece asegurar de forma definitiva una permanencia que se había complicado el solito en una segunda vuelta para olvidar.

Y la cosa no comenzaba bien en la previa del encuentro cuando se caían de la convocatoria la delantera titular, Sanabria y Rubén Castro, el primero por lesión y el segundo por un virus intestinal que afectó en menor medida a Dani Ceballo, suplente de lujo en un equipo verdiblanco que salió con toda la cuerda dada lo que al menos le dio para adelantarse en el marcador, lo cual es de un gran valor tal y como está el equipo. Fue una buena jugada por la derecha entre Joaquín y Rafa Navarro, con centro lateral de éste que remató con fuerza de cabeza Jonas Martin. 

El gol metió al público en el partido aunque poco a poco volvieron las protestas al mismo tiempo que el equipo verdiblanco bajaba sus prestaciones y comenzaban los fallos en las entregas y los balonazos a ninguna parte. El partido se tornó gris, con más balón para un Eibar que no tenía profundidad y que vivía de los centros y la calidad de Pedro León aunque eso le bastó para tener dos oportunidades, un cabezazo de Ramis desviado a la salida de un córner y un chut demasiado cruzado del propio ex jugador madridista.

Pero fue Joaquín, que volvía a la titularidad, quien se echó el equipo a la espalda en un arreón final antes de la conclusión del primer periodo. Primero con sus conducciones llenas de calidad que permitieron desahogar al equipo y meter algo de miedo al rival. Después con una falta llena de veneno que sacó en la línea el meta eibarrés cuando se cantaba gol. Y finalmente con un centro que Pezzela peinó y pasó rozando el palo. Eso sirvió para aplacar los ánimos de la grada antes del descanso y para hacer justo un resultado vital.

La segunda parte comenzó aún mejor, con un Betis volcado, vertical y presionante. Durmisi se estiraba más por la izquierda, ayudado por un Joaquín que estaba en todas partes y por el trabajo innegable de Alex Alegría que bajaba y tocaba casi todos los balones que le llegaban. El jugador danés avisó con una falta que pasó rozando el larguero y dos centros que no encontraron rematador en boca de gol. Dio un paso adelante Rubén Pardo, que movía al equipo de lado a lado y se permitía acercarse al área con peligro. Pero el gol no llegaba y Víctor, que había metido antes a Dani Ceballos, se encargaba de enervar a la grada con sus cambios, a priori, defensivos. Especialmente la entrada de Donk por Joaquín. 

Comenzaba a acularse el equipo verdiblanco con aún minutos por delante y a punto estuvo de pagarlo caro aunque Adán, con un paradón estratosférico, salvó a los suyos en un rechace que cayó en boca de gol a los pies de un rival. Después llegaría otro remate desviado a la salida de un córner y un centro que Pedro León no llegó a rematar cuando se temía lo peor en las gradas. Finalmente, una contra iniciada por Alegría, permitía a Ceballos, tras una gran carrera, batir de nuevo de tiro cruzado y llevar la tranquilidad a los seguidores que, a ratos, disfrutaron con su equipo.

Bien está lo que bien acaba, aunque este Betis no termina de enganchar a su gente en una temporada muy viciada en la que la mediocridad vuelve a ser protagonista. Aunque parece que al menos se ha cerrado el debate de la permanencia, que no es poco tal y como está el patio.

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