El Sevilla empata en medio de la marejada

Se trataba de un partido que antaño levantaba pasiones y llenaba portadas en medios de información pero, en este caso, el Valencia-Sevilla ha tenido de todo menos al fútbol como protagonista. Y no solo en la previa sino incluso durante el partido aunque si hubo alternativas durante el partido y, como no podía ser de otra forma, ocasiones claras para ambos conjuntos. Se puede decir que los visitantes tuvieron más posesión e incluso más ocasiones pero en líneas generales el resultado fue justo.

Y esa justicia puede saber a poco en Sevilla, aunque realmente fue mucho, especialmente en una semana donde los rififafes entre club y entrenador, con la selección argentina de por medio, han sido los protagonistas. También fue el técnico protagonista durante el partido, o más bien en la alineación, donde apareció un once sin delantero o más bien sin delantero puro, pues Correa se situó en ese puesto dejando a Jovetic y Ben Yedder en el banquillo. A esto hay que sumar que el de Casilda situó a Iborra como acompañante de N´Zonzi en medio, con tres medias puntas, Sarabia y Vitolo por las bandas y Mudo Vazquez por el centro. En defensa Mariano, Lenglet, Pareja, Escudero con Rico en portería. En definitiva, un once más defensivo y pragmático, como el que suele utilizar cuando se enfrenta con uno de los conjuntos grandes de la liga o de Europa.

El problema es que a este Valencia solo tiene de grande el nombre a pesar de los esfuerzos de Voro por sacarle rendimiento que también tiene más nombre que nombres. Y claro, así no funciona el invento de Sampaoli que en esta ocasión tuvo la "suerte" de la lesión de Vitolo muy pronto que permitió incluir a Jovetic en punta dándole más mordiente al taque. Sin embargo, el partido comenzó con el Valencia presionando mucho la salida de balón sevillista, lo que le permitió robar en zonas de peligro y acercarse primero al área rival con un remate a media volea de Zaza que se marchó fuera y, especialmente, en un robo que le costó no solo un gran susto al Sevilla, Orellana disparó para que Sergio Rivo se luciera, sino también la lesión de Vitolo, autor de la pérdida.

Con Jovetic en el campo, el Sevilla empezó a sentirse más cómodo y fue más a la presión, lo que permitió tener la ocasión más clara a través del balcánico que, solo ante Alves, la mandó al poste. La balanza del partido se fue volcando hacia el Sevilla que comenzaba a tener más posesión aunque le faltaba profundidad. Se podría decir que se intuía el peligro más que se concretaba en el área valencianista. Sin embargo, el conjunto hispalense se llevaría un gran susto en una internada del Montoya por la banda centro remató Munir para que Mariano sacara el balón bajo palos. Hasta el descanso poco que reseñar. Zaza era un quebradero de cabeza para la defensa sevillista pero terminaba mal las jugadas y el Sevilla era un quiero y no puedo que no concretaba nada de lo que producía.

El paso por vestuarios le sentó mejor al Sevilla aunque la primera ocasión fuera valencianista tras un disparo alto de Munir en otra pérdida de balón visitante. Los hispalenses daban un paso más en la presión y robaba cerca del área local. Avisó Escudero en una falta directa que casi tocó la escuadra, y después en un centro al área que Jovetic tocó con la puntera pero se marchó por poco. También tuvo la suya el Valencia a través de Zaza pero de nuevo apareció, seguro, Sergio Rico.

También hubo tiempo para la polémica. Así, mientras los valencianistas se quejaron de un gol anulado (justamente) a Zaza por manos, los sevillistas protestaron con razón una clara mano de Diego Alves fuera del área en su salida para frenar a un Nzonzi al que, además, hicieron falta. González González no pitó nada y los cambios finales no alteraron el discurrir de un partido en el que ambos contendientes daban por bueno el empate inicial, los locales continuaban así con su racha de partidos invictos mientras que los visitantes pasaban el trago de una semana de pasión (argentina en este caso) con un punto fuera de casa.

Las próximas semanas, especialmente los partidos de casa, marcarán el devenir de un Sevilla que debe amarrar la cuarta plaza, que no es poco dado el ambiente que se respira en Nervión donde se pasa de un problema (Biris) a otro (Sampaoli).