El Sevilla está en la Liga de Campeones con sufrimiento

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Sevilla istambul

Bien está lo que bien acaba. Eso pensarán más de un sevillista después del sufrimiento inesperado en el encuentro de vuelta de la fase previa de la Liga de Campeones, competición en la que estará el Sevilla por tercer año consecutivo tras empatar a 2 en el Sánchez Pizjuán frente al Istambul Basaksehir y hacer bueno el 1 a 2 de la ida.

Inesperado sufrimiento no solo por el partido en sí sino también por el resultado positivo que traían los nervionenses de tierras turcas y que permitía jugar con el marcador. Pero el Sevilla volvió a evidenciar los mismo problemas que viene arrastrando en los últimos partidos, con una falta de pegada alarmante cuando aprieta y una falta de control de los partidos cuando se requiere.

Y eso que Berizzo se dejó de pruebas y rotaciones y sacó lo mejor que tiene disponible ahora mismo, estado de forma físico al margen. Formó el conjunto sevilista con Sergio Rico, Mercado, Pareja, Lenglet, Escudero, Pizarro, Nzonzi, Navas, Banega, Correa y Ben Yedder. Sin embargo, tras unos primeros minutos en los que funcionó la presión y tuvo hasta 3 ocasiones claras de gol que no materializó en las botas de Correa, Ben yedder y Mercado (tiro al poste incluidos), el castillo de naipes sevillista se desmonoró en el primer acercamiento turco que terminó con gol de Elia en una gran jugada colectiva. Como en tantas ocasiones la pasada temporada, la falta de puntería arriba y los errores de concentración atrás y en el centro del campo hicieron que el equipo se desconectara y el gol terminó rematándolo para terminar la primera parte con muchas dudas.

Pero el Sevilla cuenta con mucha calidad arriba y delante de su afición salió en la segunda parte decidido a terminar con el sufrimiento. Se hizo con el control de balón y se acercaba a portería turca aunque el peligro de una contra de su rival era evidente. La presión y la intensidad dio sus frutos en el minuto 52 cuando un robo de correa en el centro del campo permitió disponer a Navas de espacio suficiente para percutir por la derecha y centrar para que Escudero rematara a placer. Respiró el Sánchez-Pizjuán aunque quedaba mucho para estar tranquilos puesto que un gol turco llevaba el partido a la prórroga. El Basaksehir tenía que irse ya al ataque y el Sevilla se  sentía más cómodo, gozando de nuevas ocasiones que terminó desperdiciando, especialmente una de Nzonzi que remató fuera con el portero batido. 

Metió más leña al fuego Berizzo con Nolito y le salió bien la jugada ya que al poco de entrar, el sanluqueño dribló a dos defensas y dejó el balón a Ben Yedder que solo ante el portero definió con calidad. 2 a 1 y partido resuelto o eso parecía... Volvió a desconectarse el Sevilla, esta vez confiado en el marcador y el poco tiempo que restaba al encuentro pero el miedo y los fantasmas volvieron a aparecer cuando Visca empató el partido en el 83 en un error defensivo y del linier que no vio un fuera de juego muy justito. Berizzo movía el banquillo más para perder tiempo y cortar el ritmo de los turcos que para otra cosa, pero ni así salía el Sevilla de su campo que se vio sometio por los turcos que buscaban el gol de la clasificación. Y por poco lo consigue cuando Emre lanzó una falta al poste en el último minuto.

El pitido final del árbitro permitió la explosión de júbilo de aficionados y jugadores que habían pasado una noche de infarto pero que disfrutarán, por tercera vez consecutiva, de la Liga de Campeones.

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