Punto de oro en Anfield

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Liverpool sevilla

Habrá sevillistas que vean el vaso medio lleno o medio vacío, pero lo cierto es que el empate cosechado en el mítico Anfield es un muy buen resultado. Un 2 a 2 que, visto cómo sufrió el Sevilla, especialmente en la primera parte tras la remontada del Liverpool, debe saber a gloria por mucho que Muriel tuviera la victoria en la última jugada del partido. Quizás ese hubiese sido demasiado premio pero, parafraseando a Boskov, fútbol es fútbol, y a nadie hubiese extrañado una victoria foránea.


El Sevilla quería un partido controlado, con posesiones largas que frenaran el impetú inglés impulsado por sus aficionados. Eso lo dejó claro Berizzo con una alineación que, a falta de Nolito, podría ser la de gala. Rico, Mercado, Pareja, Kjaer, Escudero; Pizarro, N´Zonzi, Banega; Correa, Navas y Ben Yedder, fueron los elegidos y salieron de la mejor forma posible al campo, con un gol a favor a los cinco minutos del delantero francés tras fallo defensivo de Lovren.


Pero fue un espejismo. Los jugadores del Liverpool corrían como posesos en una presión que no sabían contrarrestrar los sevillistas, que no encontraban a Banega excepto en dos o tres ocasiones. De esta forma, poco a poco, los locales ganaban terreno y llegaban al área rival con peligro, especialmente por la banda izquierda con Mané y el exsevillista Alberto Moreno. Y precisamente por ese ala, tras dos avisos, llegó el gol del empate en una buena jugada del lateral español que llegó a la línea de fondo y su centro de la muerte fue rematado por Firmino. Para colmo de males, Pizarro tenía problemas físicos y tuvo que ser cambiado posteriormente.


El gol espoleó aún más al Liverpool que era dueño y señor del encuentro. Por ello, tuvo otra opción clarísima de Emre Can antes del empate, en una jugada que pudo ser falta de Salah a N´Zonzi pero que demostró que los ingleses ponían más pujanza en todas sus acciones. El marroquí robó al francés el balón en la salida del Sevilla y se encargó de lanzar a puerta para que, con algo de suerte en un rebote con Kjaer, culminar la remontada. Para entonces el Sevilla pedía a gritos el descanso e incluso los ingleses pudieron sentenciar con un penalti claro marrado por Firmino que dio en el poste al filo del intermedio. Lo mejor sin duda el marcador para un Sevilla desaparecido desde, curiosamente, su gol.


La segunda parte comienza algo más sosegada. Al Sevilla no le interesa el intercambio de golpes a pesar de su calidad, y buscaba su opción. Berizzo se va expulsado al retrasar un saque de banda cuando aún iba perdiendo su equipo pero justo después hace un movimiento clave en el devenir del partido: Muriel ingresa por el fatigado Ben Yedder. La velocidad del colombiano hace estragos a la lenta defensa inglesa y el partido comienza a equilibrarse. Hay menos oportunidades inglesas y se estira el Sevilla que logra el empate a través de Correa con una gran jugada del delantero colombiano.


Dos a dos, el Sevilla se había repuesto, había sabido sufrir y ve la oportunidad de dar el golpe final ante un Liverpool que se volcó para conseguir la victoria. Y así pudo ser en el minuto 93. Muriel luchó un balón, se fue de dos rivales y encartó al portero inglés pero su disparo se fue fuera. Quizás fuera excesivo o quizás el Sevilla, en su papel de grande de Europa, está acostumbrado a este tipo de partidos. Finalmente un empate de oro en espera de rivales de menos fuste.

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