El Sevilla no convence pero vence

Se podrá decir que el Sevilla no juega bien, que falla ocasiones y concede muchas, e incluso que lo pasa mal ante rivales teóricamente inferiores, pero la realidad es que lleva 10 de 12 puntos y está segundo en la tabla. Les suena de algo? Efectivamente, más o menos igual que la temporada pasada.

Aunque mucho ha cambiado el Sevilla respecto a la temporada pasada, desde la directiva a los jugadores, el equipo parece un calco en el inicio de competición. Genera dudas en su juego, parece un equipo en construcción pero va sumando, silenciosamente, sin hacer ruido. Desde la victoria todo es mucho más fácil y eso hizo ayer en Montilivi, ante un combativo Girona que no se dio por vencido nunca.

Comenzó el partido los jugadores sevillistas sin el control del balón, demasiado aculado en su área con un once muy diferente al que empató en la Champions. Las famosas rotaciones que, de momento, le funcionan a Berizzo a pesar de las críticas por el juego. Sergio Rico, Corchia, Carriço, Lenglet, Carole, Ganso, N'Zonzi, Banega, Montoya, Sarabia y Muriel eran los elegidos.

Los locales apretaban muy arriba y el Sevilla, tenía serias dificultades para dar dos o tres pases seguidos que le pudieran poner de cara a la portería de Iraizoz. El cuadro catalánse multiplicaba en intensidad siguiendo claramente la estrategia de su técnico, Pablo Machín: presión muy arriba, líneas muy juntas y evitar que los jugadores creativos del Sevilla tuvieran tiempo para pensar. Con un fútbol atascado, y sin ocasiones para ninguno de los dos equipos a pesar de que el Gerona sí estaba haciendo los deberes, entraría el partido en la recta final de una primera parte en la que el Sevilla comenzó, muy poquito a poco, a dejarse ver ante la ligera caída física de los del Gerona.

En apenas diez minutos, el Sevilla dispondría de hasta tres ocasiones para marcar. Primero Nzonzi, de cabeza; después, con un centro de Sarabia que a punto estuvo de llegar a Muriel; y por último, con un disparo muy peligroso de Ganso desde fuera del área, el equipo nervionense demostró y se autoconvenció de que con muy poco podía ser suficiente para golpear al cuadro gerundense. Pero la ocasión más clara fue para los catalanes al comienzo de la segunda mitad. En un córner, un disparo de Juanpe que se fue fuera por muy poco mientras que en otra ocasión no llegó a un centro de Mújica, una pesadilla para la banda derecha sevillista.

Andaba el Sevilla despistado pero la calidad sigue siendo determinante en muchos momentos y Muriel, después de dos avisos aprovechó un gran pase del recién integrado Franco Vázquez para aprovechar su velocidad y superar en el mano a mano a Iraizoz, que también pudo hacer algo más. Sin embargo, el Gerona, lejos de venirse abajo, volvió a darle una marcha más al encuentro y se fue con todo en tromba hasta la meta de Sergio Rico. Y por poco lo consigue con un penalti inexistente en el último minuto que Granell lanzó al larguero. Alivio para los sevillistas que no volvieron a pasar apuros e incluso pudo ampliar su ventaja en el descuento.

Tres puntitos más para el Sevilla, qué más da las sensaciones!!!