La felicidad ha llegado a Heliópolis

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Betis levante

Ya se merecían los seguidores del Real Betis Balompié una alegría y puede que este sea su año. Su equipo venció y convenció frente al Levante, invicto hasta este lunes, que se llevó 4 goles del Villamarín en una segunda parte en la que los verdiblancos lo bordaron. No se puede lanzar las campanas al vuelo, pero tras 6 jornadas de liga, el Betis se coloca quinto, a dos puntos del tercero (precisamente el Sevilla), tras vencer en tres partidos seguidos y convertir su feudo en un fortín venciendo en otros tres encuentros.


Y no pintaba bien la noche hasta el descanso ya que el Levante, muy ordenado y encerrado, maniataba al Betis en defensa y se prodigaba con velocidad en ataque, aunque tuviera poco rédito. Apostó Setién de nuevo por las rotaciones, mitad por dar descanso a los que lo habían jugado todo (caso Feddal) y mitad por mantener enchufados a jugadores que no son indiscutibles. Su once, con Adán, Barragán, Mandi, Amat, Durmisi; Javi García, Guardado, Fabián; Joaquí, Sergio León y Sanabria, presentaba además como novedad la presencia de dos delanteros, aunque el cordobés se abriera como falso extemo derecho.


Sin embargo en esta ocasión no salió enchufado el Betis y le costó entrar en el partido. A los cinco minutos entró el miedo en el cuerpo por una falta cometida por Amat en el mismo borde del área. El temor se llamaba Bardhi, un macedonio que está sorprendiendo en la liga por su golpeo de balón. Sin embargo, la falta dio en la barrera y los verdiblancos comenzaron a despertar. A un ritmo lento y poco vertical pero comenzaron a llegar al área levantinista que se defendía en su campo con dos líneas muy juntas de 4 y 5 jugadores dejando al exbético Alegría arriba para que bajara el balón y jugara rápido a los extremos.


Joaquín avisó con una diagonal que terminó con diparo lamiendo el poste. Le siguió Sergio León con un disparo a la escuadra que se marchó fuer por poco y terminó el propio León con un disparo mordido a las manos del portero levantinista tras recoger el rechace el área. Del Levante en ataque pocas novedades excepto un remato muy alto de cabeza de Alegría. Era un partido visto mil veces, en el que si el rival se adelantaba el Betis terminaría frustrado.


Pero esta vez no fue así. En la primera acción de la segunda parte, jugada marca de la casa. Toques rápidos en banda derecha entre Barragán, Guardado y Mandi, pase profundo del primero a Sergio León que se escapa en banda y pone un centro medido a la cabeza de Sanabria. Júbilo en unas gradas repletas con más de 48.000 espectadores a los que aún le quedaba lo mejor. Porque el Betis no bajó para nada el pistón, sino todo lo contrario, comenzó a gustarse. En el 55, después de innumerables toques que desarbolaban a un descolocado rival al que el gol el paso de los minutos fue revntando, Fabián agarra la pelota en tres cuartos de campo y comienza una cabalgada que lo deja en el borde del área donde batió al portero de tiro raso.


El Levante estaba rendido. Adán era un mero espectador y el Betis era un vendaval. Se sumó a la fiesta Sergio León al rematar a placer un gran centro de Durmisi desde la izquierda. Salieron Rafa Navarro, Tello y Nahuel para dar descanso a Barragán, Joaquín y Sergio León y el equipo no se resitió. Precisamente el catalán y el hispano-venezolano gozaron de dos ocasiones claras que detuvo el portero levantinista, que no pudo hacer nada en el descuento cuando, de nuevo, Sanabria le superó para hacer el cuarto a pase de Fabián.


El Villamarín era una fiesta. Comunión total equipo-grada que no se veía en años. Buen juego. Victorias. Queda mucho pero que disfruten los béticos. Ya les tocaba.

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