El Betis tira la copa con ridículo incluido

Nuevo disgusto para la afición del Betis y van... Cuando parecía que se había olvidado el pasado más reciente con un inicio ilusionante, comenzaron las dudas, llegó la goleada en Eibar y, para colmo, el equipo cae eliminado por un segunda repleto de suplentes. Perdió por 3 a 5 ante el Cádiz y de nada sirvió la solvente vitoria en tierras gaditanas, con unas sensaciones pésimas, especialmente en la primera mitad, cuando recibió cuatro goles en 40 minutos y pudieron hacer más.

Contando con las bajas y los descansos, Setién rotó mucho, quizás demasiado visto el resultado final. Dani Giménez en portería, con Rafa Navarro, Mandi, Tosca, Durmisi en defensa, Camarasa haciendo de Javi García acompañado por Narvaez y Boudebouz en el centro, con Tello y Nahuel en las bandas y Sergio León en punta. Un equipo de garantías, o eso parecía. En el minuto 3 ya iba perdiendo tras una pérdida en la salida del balón y un pase a la espalda de los centrales. Así de simple.

Parecía un accidente simplemente cuando Boudebouz, de los pocos que se salva de la quema, empató de falta a los cinco minutos. Pero nada más lejos de la realidad. A balón parado, uno de los males endémicos del equipo, volvió a ponerse por delante el Cádiz para empatar esta vez la eliminatoria y encender todas las alarmas. Nuevamente respondieron rápido los locales tirando de calidad. Esta vez fue Tello, otro de los pocos destacados, el que marcó un auténtico golazo. Pero el Betis, completamente descolocado y sin capacidad para marcar los ritmos del partido, era un castillo de naipes sostenido solo por la calidad de algunos de sus jugadores.

La banda derecha del Betis, con un desafortunadísimo Rafa Navarro, era un coladero desde donde los visitantes hacían y deshacían a su antojo. Para colmo, el canterano pasa mal un balón a Dani Giménez que peca de inocente para cometer penalti sobre Barral. Gol y eliminatoria de nuevo perdida. De ahí hasta el final, la cosa fue a peor. Otra nueva internada por la izquierda acabó en doblete de Romera y en eliminatoria muy cuesta arriba. Entre silbidos e incluso pañolada de la afición, el Cádiz pudo marcar hasta más goles en la recta final. E incluso le anularon un gol legal.

Setién movió ficha al descanso. Fuera Rafa Navarro y Nahuel, dentro Barragán y Guardado. El equipo varió por completo. El mexicano tomó las riendas apoyado en Boudebouz y la profundidad de Barragan por la derecha y Durmisi por la izquierda. El Cádiz dio un paso atrás y apenas salía de su campo. Tras dos avisos claros, a la tercera el Betis se acercó en el marcador despertando la ilusión de los 25.000 fieles que acompañaron al equipo en la primera noche con frío polar. Fue Tello, nuevamente tirando de calidad y aprovechando un buen pase de Boudebouz.

Pero entonces el Cádiz hizo todo lo contrario a lo que su rival, recordemos de primera, debía haber hecho en la primera parte: bajó el ritmo e intentó tener más la pelota. Ayudó para ello el cambio de los dos extremos por parte de Álvaro Cervera. A la primera de cambio, tras dos nuevas ocasiones béticas para empatar, el recién entrado Salvi dio un susto y poco después de nuevo Dani Giménez tuvo que emplearse a fondo para evitar la sentencia. Al final llegó, de nuevo, a balón parado, tras un córner en el que nadie salta con decisión.

Golpe durísimo para el proyecto Serra-Setién para el cual apenas queda queda crédito, ni siquiera el octavo puesto en liga. O se gana el domingo a Las Palmas o se tendrán que tomar medidas. Por lo menos para que, como cantó la afición ayer, no sea otro año igual.