El Sevilla renace para encarrilar el pase a semifinales de la Copa del Rey

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Atletico sevilla

Nadie daba un duro por el Sevilla en la Copa del Rey. Ni siquiera los propios aficionados sevillistas, desencantados por el mal juego del equipo durante toda la temporada y agravado por los últimos resultados. Sin embargo, en el Wanda Metropolitano, apareció el mejor Sevilla de la temporada para vencer 1 a 2 y dejar encarrilada una eliminatoria que se decidirá la próxima semana en Nervión.


Rotaba nuevamente el once inicial Montella sin abandonar el 4-4-2, aunque la posición en el campo fue diferente, más replegados, juntos y sin apenas fisuras, conscientes del peligro de la delantera rojiblanca. Sergio Rico; Corchia, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Sarabia, Franco Vázquez, Correa; y Muriel, partían como titulares en la fría noche madrileña ante un rival que solo reservaba a Oblak, y vaya si noto este cambio su equipo, especialmente en el primer gol sevillista.


El partido comenzó con un aviso de los locales en un centro por la derecha al que no llegó Diego Costa, que parece que ha vuelto con ganas. Sin embargo, el Sevilla comenzó a mostrar que no era, ni mucho menos, el de partidos recientes contra Betis o Alavés. Contundente en defensa y rápido en las transcisiones, tuvo dos ocasiones casi consecutivas con disparos que se marcharon fuera de Sarabia y Vázquez. Lógicamente, el Atlético ponía en apuros a la defensa sevillista, faltaría más con tanto arsenal en su delantera, pero se mostraban los sevillistas sólidos, con mucho orden cuando tenía el balón su rival que no encontraba espacios y recurría al pase en largo para que Costa lo bajase y llegaran sus compañeros de segunda línea. Así tuvo una Griezzmann pero su disparo se fue rozando el larguero.


Quizás la única flaqueza de los de Nervión en el partido fue a balón parado. Así llegó la gran ocasión rojiblanca en una falta de estrategia que acabó con paradón de Rico a cabezazo del onmipresente Diego Costa, que incluso marcó un gol a la salida del córner propiciado por la jugada anterior, que fue anulado por el árbitro en una dudosa decisión. Se recompuso el Sevilla a esos momentos de agobio y gozó de las mejores ocasiones gracias a la rapidez en las transiciones. Primero, en un cabezazo de Correa a pase de Nzonzi que detuvo Moyá y posteriormente en un mano a mano del propio Correa con el portero del Atlético, tras contra llevada por Sarabia, que el cancerbero local logró sacar. Además, tuvo otra más en la que centró mal cuando Sarabia y Nzonzi entraban solos a rematar a puerta vacía. La última sevillista fue un gran disparo de escudero que se envenenó con el efecto y que de nuevo Moyá sacó de la mismísima escuadra. Gran primera parte sevillista, tocaba que el equipo no se cayera ni física ni mentalmente en la segunda. .


A Simeone no le gustaba lo que estaba viendo y movió ficha en la reanudación, retirando del campo a un desacertado Vitolo para dar entrada a Ángel Correa, que aportó algo más de brío a los locales. Sin embargo, seguía el Sevilla mostrándose fuerte, sin fisuras, aunque menos alegre en ataque que en la primera parte. Cuando apenas pasaba nada, savo un par de acercamientos que no llegaron a nada de los locales, llegó el gol del Atlético. Tras una falta lateral botada por Gabi y previo disparo de Carrasco, Diego Costa recogió el rechace dentro del área, totalmente solo, y cruzó el esférico batiendo a Rico.


Restaba por ver cómo reaccionaría el Sevilla, teniendo en cuenta que parecía cansado el equipo de Montella. Pero esta vez, los cambios resultaron claves con la entrada de Navas por Vázquez. Y es que el de Los Palacios, en el primer balón que tocó centró fuerte para que Moyá hiciera el resto y, sin querer, metiera el balón en su portería. De la manera menos ortodoxa el Sevilla ponía la eliminatoria de cara. Y más aún que se iba a poner cuando el Atlético, sabedor de que el 1 a 1 era un mal resultado, se lanzó al ataque. Tras dos ocasiones rojiblancas llegó la puntilla. Una nueva contra sevillista terminó en pase de Ben Yedder a Correa que, esta vez sí, superó con su disparo a Moyá para establecer el definitivo 1-2 faltando solo 6 minutos para el final.


Si el resultado es positivo, mejor es la sensación que transmitió el Sevilla, que renació cuando menos lo esperaba nadie. Ahora, a trasladarlo a la liga y a sentenciar la eliminatoria el próximo martes en Nervión, al calor de sus aficionados.

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