La empatía como estrategia para el cuidado médico en las enfermedades crónicas

En Andalucía una de cada dos personas adultas presenta una enfermedad crónica y la suma aumenta a nueve de cada diez cuando sobrepasan los 75 años de edad. Más de cien mil personas sufren lo que se denomina "pluripatología". En todos estos casos, el 88% de los cuidados se otorgan en el mismo entorno familiar, en especial a cargo de las mujeres, sobre todo en los entornos rurales. Esta es una de las principales razones para la implantación del Plan de atención presentado en Andalucía y su estrategia para atender a estas personas con enfermedades crónicas.

A fin de ofrecer una formación de calidad en la preparación y técnica para la gestión asistencial integral entre los sectores salud y social, y de lograr integrarlos los conocimientos de servicios sociales, atención primaria, hospitalaria o servicio socio sanitarios y con ello otorgar atención a estas personas dependientes, es recomendado un Máster en gestión de Servicios Sociales, como los otorgados por IL3 (Instituto de Formación Continua), una institución asociada a la Universidad Barcelona, aunque distinta a esta, con un método de estudio a distancia.

La iniciativa de la Consejería Andaluza de Salud contempla varios escenarios de sanidad, desde la prevención hasta la cronicidad, atención a domicilio de personas de alta complejidad o autocuidado, y en especial el uso de la empatía, que es un requerimiento de los ciudadanos, ya que estos reclaman no solo competencias profesionales para el cuidado, sino cercanía y humanización, piden profesionales que ofrezcan comprensión y entendimiento, tanto al paciente como a sus familiares, para avanzar con la atención continua de la persona enferma, respetando la parte emocional y las relaciones.

Se considera importante también, tanto para el cumplimiento de este plan como cualquier otra estrategia para el abordaje de la cronicidad, un modelo de prevención y educación en salud a los ciudadanos, ya que se debe ayudar a la ciudadanía a prevenir o retrasar hasta lo posible la cronicidad, la fragilidad y con ello la dependencia, apostando que al otorgar el suficiente conocimiento al sujeto común este pueda tomar sus propias decisiones con respecto a la gestión de salud.