Empate de nivel del Betis en el Wanda Metropolitano

Cuando no puedes ganar, al menos no pierdas. Si a este lema aplicado al fútbol le sumamos que juegas frente al Atlético de Madrid de Simeone y en su estadio donde solo ha recibido cuatro goles, el empate a cero cosechado este domingo por las huestes verdiblancas puede considerarse como positivo. Además, hay que destacar que el Betis volvió a dejar su portería (donde está siendo castigado en forma de lesiones, ayer cayó Dani Giménez) a cero y llegó a dominar por fases a su rival a través de sus ya clásicas combinaciones largas. El punto, sin duda, es de nivel, y sirve para acercar aún más a los verdiblancos a la Europa League por la vía del quinto y sexto puesto.

Salió Setién con su ya clásico sistema de 5 atrás (Barragán, Mandi, Bartra, Amat y Junior), con Javi García y Fabián de pivotes, con Tello volcado a la izquierda, Boudevouz de enganche con libertad de movimientos pero partiendo de la derecha y Loren arriba. En la portería Dani Giménez,que duró solo media hora en lo que parece una lesión muscular que deja al Betis tiritando en esa posición donde tendrá que seguir, con casi total seguridad, el portero del filiarl Pedro en las próximas semanas.

El Betis empezó mandón, con personalidad, moviendo el balón con criterio. Pero ante este Atlético de Madrid eso no significa nada, ya que el equipo hormado por Simeone le gusta ser dominado por fases y aprovechar sus oportunidades confiando en su gran sistema defensivo que ha permitido solo encajar en casa 4 goles en lo que va de temporada. Dominaban los verdiblancos a los que solo les faltaba pausa en el último pase para culminar algún ataque con ventaja. Sin embargo, el primer acercamiento fue de los locales que, tras un gol bien anulado a Torres, gozó de la mejor ocasión en las botas del niño, que controló el balón dentro del área y picó en la salida de Dani Giménez para que Mandi la sacara en la línea cuando se cantaba gol. Corría el minuto 25, era un partido entretenido, de idas y venidas que no se concretaban y en un despeje de Dani Giménez con el pie, se consumó el gafe de la portería bética. Lesión en el cuádricep. El canterano Pedro, con solo 6 minutos en primera división, al campo. Pero este Betis ha superado todo tipo de adversidades durante esta temporada y esta no iba a ser menos. Tanto que en los últimos minutos del primer periodo acrecentó su dominio y gozó de las mejores ocasiones, primero en las botas de Boudevouz, cuyo tiro forzado tras combinación de Barragán fue detenido por Oblak, y especialmente una contra guiada por Tello que perimitió a Javi García tener un mano a mano con el portero esloveno que se fue fuera por poco.

La reanudación comenzó de nuevo con dominio alterno, cada equipo con sus armas, presión y velocidad local frente a posesión y combinación de los visitantes. Golpeó primero el Atlético con una jugada en banda derecha que no llegó a rematar a portería Vitolo en boca de gol. Pero se rehizo el equipo visitante que llevó peligro a través de los pies de Tello que dejó nuevamente solo a Javi García que no llegó a conectar la volea totalmente solo en área atlética. No lo veía claro Simeone que sacó a piezas que tenía reservada para la semifinal de Europa League, Griezzman y Kroke, pero eran los mejores minutos del Betis que de nuevo pudo marcar en sendos disparos de Tello, el segundo al poste, y una contra en la que Loren no se atrevió a disparar en buena posición.

Como ocurrió durante todo el partido, la alternancia de dominio cambió de bando y fue el Atlético el que, a su manera, apretó en los instantes finales donde Sául remató al larguero y mandó un cabezazo fuera a la salida de un córner. Los minutos pasaban y, mientras el Betis intentaba guardar el resultado, los locales pensaban ya en su batalla del próximo jueves. Apenas pasó nada en estos últimos minutos entre cambios, la tarjeta forzada por Bartra que le impedirá jugar ante el Málaga y una tángana final.

Punto valioso de un Betis que ve la orilla de la Europa League cada vez más cerca. Tendrá que refrendarlo el próximo lunes y esperar resultados para certificarlo de forma matemática aunque las sensaciones son inmejorables.