Nadal hace historia con su undécimo Roland Garros

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NadalXI

La leyenda de Rafael Nadal Perera no tiene fin. El número 1 del mundo ha conquistado este domingo su undécimo título de Roland Garros, barriendo a su rival, su "heredero" en polvo de arcilla Donimic Thiem, por 6-4, 6-3 y 6-2 en un partido que se ha alargado dos horas y 41 minutos.


Nadal volvió a salir triunfante de otra cita con la gloria en la pista Philippe Chatrier, donde defendió su corona lograda en 2017 (frente al suizo Stan Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1), consiguió su 17º 'grande' y, además, igualó el récord históricos de trofeos conseguidos en un mismo Grand Slam, igualando a Margaret Court, la única persona que había logrado algo semejante, con 11 triunfos en el Abierto de Australia


Once veces campeón en Montecarlo y Barcelona, lo es también en el torneo más importante de la tierra, culminando el principal objetivo de cada temporada. Lo hizo tras doblegar a Thiem, novato en estas lides pero con suficientes mimbres para levantar algún día la Copa de los Mosqueteros.


El jugador español prosiguió de tal manera como indiscutible rey de la tierra batida, habiendo amasado ya un balance de 86 victorias y apenas 2 derrotas en su historial de Roland Garros. Tan solo el sueco Robin Soderling, en los octavos de final de 2009, y el serbio Novak Djokovic, en los cuartos de 2015, fueron capaces de hacer hincar la rodilla a Nadal.


Comenzó el partido de forma inmejorable para el manacorí con un juego en blanco con su servicio y rotura al servicio de su rival para ponerse 2 a 0. Pero Thiem, que dijo tener un plan para derrotar al tenista españo, logró poner la igualada con un contra break y venciendo, con apuros, su servicio. Aunque siguió sufriendo al saque, el austríaco sacaba lo mejor de sí mismo a través de un potente saque y derechazos planos para intentar sacar al español de la pista. Mientras tanto, nadal, sobrio e inteligente, aguantaba los embites de su rival que, tras salvar tres pelotas de quiebre aguantaba los parciales de 3-2, 4-3, 5-4.


Pero el número uno del mundo dijo que ya era suficiente y con 5 a 4 a favor y al resto, ganó el juego en blanco para apuntarse el primer set y asestar un duro golpe a su rival que veía que, con su mejor juego, era imposible tirar el muro del español.


Nadal subía su nivel de juego, agresivo y variado, con golpes que alternaban el drive liftado, la dejada y paralelos y cruzados. A Thiem además le costaba mucho controlar el bote sobre la arcilla, así que el español venció 3 juegos seguidos al inicio de la seguna manga (6 en total si tenemos en cuenta los tres últimos de la primera).


El mallorquín supo administrar esa ventaja con sencillez, afrontando y salvando un único punto de 'break' en contra durante el séptimo juego (5-2). Poco después se anotó la segunda manga por 6-3 y encarriló con ello el éxito, ante un oponente al que solo un milagro podría servirle. Remontar dos mangas a Nadal, en un partido al mejor de cinco sets y sobre la tierra batida de Roland Garros; ése era el particular Everest que Thiem debería encarar en su sueño de ganar el campeonato, algo que nadie había hecho nunca.


Sin embargo, con el tercer parcial encarrilado para Nada, llegó el susto. El número 1 mundial pidió la asistencia médica cuando ganaba por 3 a 1 al sentir acalambrado y sin fuerza un dedo de la mano izquierda. La cara de Nadal era un poema y hacia temer lo peor. Tras varios minutos de tensa espera y tras tomar un antiinflamatorio, el español volvió a la pista y, tras perder un punto en el que señalaba de nuevo su mano que apenas sentía (según dijo a su equipo desde la pista), logró los dos puntos que le hacía falta para ponerse 4 a 1 con su saque.


Solo tenía que administrar su ventaja y vaya si lo hizo. Tras perder el siguiente juego con Thiem al saque, Nadal ganó su servicio y quebró de nuevo el saque del austríaco, para a continuación abrochar la conquista del título parisino en el quinto 'match point'.


De nuevo los sollozos de alegría de Nadal, la imagen mordiendo la copa de los mosqueteros.. Once veces. No se cansa de ganar. Una leyenda.

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