España no consigue superar la 'maldición del anfitrión' y cae eliminada del Mundial

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E4spau00f1a rusiaDuro varapalo para la selección española de fútbol en el Mundial del Rusia donde no fue capaz de romper las estadísticas que decían que nunca había eliminado al país anitrión. Y eso que se enfentraba a la selección con peor ranking FIFA de las que se habían clasificado de la fase grupos. Pero la roja volvió a pecar de los mismos defectos que partidos anteriores para caer en la tanda de penaltis: juego lento y previsible, falta de velocidad en las transiciones, sin último pase, errores individuales en defensa (el penalti de Piqué)... 

Y eso que el partido no pudo comenzar mejor. Con Koke acompañando a Busquet en el medio del campo, Nacho en el lateral derecho y Asensio por Iniesta, como novedades, la seleccción española apretaba la presión arriba para robar e intentar llegar a portería rival en pocos metros. No es que diera para grandes oportunidades  pero sí para que a la primera que tuvo se pusiera por delante. Falta lateral sacada por Asensio al segundo palo que el central ruso Ignashevich, en pugna con Sergio Ramos, se encargó de meter en su propia portería.

Pero el gol, en vez de reforzar la idea de juego de España, la paralizó. La selección se limitó a intentar crear un rondo parsimonioso en todo el campo, en un intento de dejar pasar el tiempo sin que nada ocurriera. Pero a pesar de que los rusos seguían con el mismo plan de esperar en su campo, mantenían la fe en que llegara alguna ocasión que permitiera igualar la contienda. Espoleados por su afición, enfervorizada en cada robo de balón, y con la misión de contactar con su delantero, el gigantón Dzyuba, para forzar segundas jugadas, los anfitriones avisaron con un disparo con rosca de Golovin que se marchó fuera por poco. 

Además de la desidia española, con un juego en horizontal donde los jugadores con más pases eran Piqué, Alba y Koke, apareció el segundo de los grandes defectos de la selección: los fallos individuales defensivos. Si ante Portugal fue De Gea y ante Marruecos fue Ramos e Iniesta alalimón, ahora le tocó el turno a Piqué. El central catalán saltó con los brazos en alto y eso es tener muchas papeletas para que cualquier remate o rebote se convierta en penalti. Y más con el VAR. Era el minuto 41 y el partido comenzaba de nuevo, con poco más de una parte por delante.

Si alguien pensaba que habría algún cambio táctico o de jugadores al descanso, estaba muy equivocado. Tampoco se ha visto mano de entrenador en este mundial que comenzó Lopetegui y que terminó Hierro. Todo seguía igual. Los rusos defendían en su campo y España con un dominio ficticio de la posesión que servía más para defenderse que para atacar con balón. Lo que son las cosas... si Luis Aragonés levantara la cabeza!!!

El partido era soporífero. No pasaba nada. Ninguna ocasión que reseñar hasta que Iniesta salió al campo por un inoperante Silva poco antes de que Carvajal lo hiciera por un renqueante Nacho. El manchego empezó a asociarse con Isco, el único con ideas diferentes en la selección, y con Alba, incansable en el apoyo en banda izquierda, y los rusos comenzaban a dar señales de fatiga. La última vuelta de tuerca fue la entrada de Aspas por Diego Costa, de nuevo hombre por hombre, nada nuevo en la libreta de Hierro. Pero al menos la movilidad del gallego para jugar entre líneas generó la ocasión más clara en España en 90 minutos. Dejada preciosa de pecho de Iago para remate al borde del área ajustado del Andrés, que sacó el héroe nacional Akinfeev, que también tocó el disparo del jugador del Celta en el rechace.

Pero ya quedaba poco tiempo y el partido se encaminó a la prórroga.

El entrenador ruso agotaba el cuarto cambiom permitido por la nueva reglamentación en caso de tiempo extra, ante la fatiga acumulada por su equipo mientras Hierro esperaba no se sabe muy bien a qué. Y, como se vio con la entrada de Rodrigo, fue un tiempo precioso perdido. Porque el valencianista revolucionó el ataque junto a Aspas y suya fue la mejor ocasión de todo el partido, 120 minutos, con una jugada individual preciosa que solo el portero ruso desbarató y cuyo rechace por poco fue convertido en gol por Carvajal. Por fin España se fue a por la victoria en unos minutos donde se veía capaz de dar el paso a cuartos. Rebotes, faltas, córners... los jugadores lo intentaban pero siempre había una pierna rusa, el remate se marchaba desviado (como uno de Piqué) o aparecía el VAR para, esta vez, no ayudar a la selección en un doble penalti por agarrón a Piqué y, especialmente a Ramos, que en otro minuto o ante otra selección que no fuera la anfitriona, hubieran cobrado. Aparecía de nuevo la maldición española ante los anfitriones y era el designio de lo que vendría después en la tanda de penalti. Porque en los últimos minutos la selección paró, se asustó de que un gol ruso no dejará tiempo de reacción, especialmente tras un error de Busquet al proteger un balón en la línea de fondo.

Y llegó la tanda de penaltis. Los ojos se centraban en De Gea, que tenía la oportunidad de resarcirse de un mundial en el que solo ha realizado una parada. Sobrevolaba el recuerdo de 2008 donde España, por fin, se quitaba de encima el gafe de esta lotería. Pero De Gea no es Casillas ni esta España es la de la etapa gloriosa que encadenó el ciclo Euro-Mundial-Euro. El portero del United no paró ninguno (y algunos pasaron muy cerca de su cuerpo), Koke y Aspas fallaron. La roja cayó en octavos con un juego paupérrimo que no es ni tiki ni taka. Es hora de regeneración, no tanto de jugadores como de forma de juego. Al fin y al cabo no siempre se puede jugar de la misma forma sin tener jugadores como Xavi, Xabi Alonso, Villa... Y es que cualquier tiempo pasado fue mejor para la selección.

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