¿Masoquismo electorero?

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Alhakam morilla

¿Yerran los Pueblos a la hora de creer escoger a sus dirigentes políticos -en listas cerradas artidocráticas-, incluso en una falsa democracia sin asamblea que la constituyera como la centralista española? No, los Pueblos que refuerzan este ominoso estado-prisión de naciones, teleprogramado en gran medida y saqueado, ni Pueblo alguno se equivocan jamás.


En el caso de los andaluces, o de esas otras sojuzgadas cenicientas estatales, Extremadura, la Mancha o Murcia, al votar al bipartidismo en su mayoría, a pesar de engaños sistemáticos, impunes expolios institucionalizados que en cualquier país civilizado hubiesen provocado la disolución de esas formaciones, no quiere decir que desvaríen al refrendar mediante sufragio a sus cínicos opresores, a su cleptocracia.


Aunque respalden a los mismos arribistas que consolidan la mezquina ausencia de Separación de Poderes, a los que han causado la ignominia de casi la mitad de la población andaluza en riesgo de pobreza y exclusión social, más de la mitad de los niños malnutridos, la cesión de soberanía al Estado extranjero vaticano, un inducido sexismo de confrontación causante -junto con ineptas y criminales políticas depauperizadoras-, de un envejecimiento poblacional sin precedentes incluso si contamos períodos de conflictos bélicos y epidemias. Los viacrucis vocacionales o impuestos, aun en almibaradas vísperas navideñas, hay que pagarlos. Muy caros.


Cuando posesos por una suerte de síndrome de Estocolmo colectivo, los parias colonizados siguen apoyando a los tiranos que les vampirizan, esa aparente monstruosa aberración expresa, por psicología inversa, el anhelo social de que todo pete al fin de una vez, para que con el desplome del carcomido edificio despunte otra administración... la que sea menos ésta. Mejor con el clásico "un final terrible que un terror sin fin".


Por eso los andalusíes que no despreciamos nuestra identidad, para no seguir arrastrando vergonzantes servidumbres, nos abstendremos de acercarnos a las urnas el 20-D del oprobio, o cualesquiera amañadas elecciones, hasta no tener una verdadera democracia. Y seguiremos luchando hasta lograr este elemental derecho humano a la libertad política, a la justicia. Sin vergonzantes tutelajes mesiánicos de subproductos del marketing politiquero, falsos ilusionismos de 'animales televisivos' o montajes del gran capital para hacernos creer, tramados por la modulada inopia de los media, que con meter una tramposa papeleta en una urna ya debemos sentirnos libres, Sin exigir otra cosa. Obediencia y sumisión.


Hoy, más que nunca. ni nos representan ni aunque lo llamen democracia lo es. 

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