​El Palacio Marqueses de La Algaba expone ‘Rostros Conocidos, Rastros olvidados’ sobre la pandemia de la poliomelitis en España

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Coincidiendo con el día internacional de la enfermedad, esta muestra pretende concienciar a los profesionales sobre el tratamiento y a la población sobre la importancia de la vacunación ante pandemias sanitarias


Exposicion poliometilis

El Palacio Marqueses de la Algaba alberga hasta el 29 de octubre, en horario de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:45 horas, la exposición “Rostros conocidos, Rastros olvidados” sobre la poliomelitis y sus secuelas. Esta iniciativa de la Unidad de Historia de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla que se expone en colaboración con el Área de Salud del Ayuntamiento de Sevilla se compone de 34 fotos con otros tantos testimonios de personas que han padecido la polio, la mayoría desde la infancia, con el objetivo de dar visibilidad a las secuelas que dejó la pandemia de esta enfermedad casi erradicada a nivel mundial -sólo dos países siguen teniendo casos de poliomielitis- y que ha dejado de ser enseñada en los currículum de las profesiones sanitarias en España, por lo que se ha convertido en una enfermedad desconocida. Otro objetivo principal es rescatar del olvido a este grupo hoy en extinción, que a pesar de las enormes dificultades, ha convivido y ha desarrollado su ciclo vital en todos sus aspectos, aunque en ciertos momentos fue olvidado.

La delegada de Salud y Protección Animal, María Encarnación Aguilar, ha destacado además “la importancia de ofrecer visibilidad a una pandemia para concienciar a la población de la vulnerabilidad del hombre ante una enfermedad infecciosa y que subraya la importancia de la vacunación. La divulgación de este tipo de exposiciones y materiales es fundamental en el contexto actual para recordar que resulta imprescindible reforzar un sistema de salud público que puedan afrontar y dar respuesta a los retos que convoque el futuro relacionados con la ciencia. Además, colaboramos con este colectivo que necesita una ciudad más accesible para todas las personas que han padecido y padecen las secuelas de esta afección”. En esta inauguración ha participado además los miembros de la unidad de Historia de la Medicina y Documentación Científica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla, Encarnación Bernal Borrego, María Luisa Calero y Antonio David Sánchez González, junto a representantes de colectivos de enfermos.

La exposición fotográfica “Rostros conocidos, Rastros olvidados: Sobre la polio y sus secuelas. Una pandemia condenada al olvido”, nace de la responsabilidad como médicos y como profesores e investigadores de la Unidad de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de Sevilla contraída con la sociedad. A pesar de que el día mundial de la poliomielitis se celebra cada 24 de octubre, los pacientes están presentes cada día del año, por esa razón cualquier fecha puede ser propicia para dar visibilización a su problema. En los últimos años la Unidad de Historia de la Medicina lleva organizando actividades académicas para dar a conocer esta enfermedad olvidada y siguiendo esta misma línea, quería dar un paso más y mostrar a la sociedad las secuelas de la pandemia sufrida entre los años 1955-1963 en España y su retroceso con el inicio de la vacunación. Esta exposición estará dirigida a todo tipo de personas, pero especialmente a futuros médicos, enfermeras, fisioterapeutas y familiares de afectados por la pandemia de la polio y sin lugar a dudas a las propias personas afectadas por esta enfermedad.

Para la realización de la exposición se ha contado con la colaboración de 4 hombres y 13 mujeres que han querido contribuir a este proyecto así como la labor desinteresada desarrollada por el fotógrafo Jorge Lucas que ha permitido el desarrollo gráfico. En la primera parte de la exposición, los “ROSTROS”, se presenta a caras adultas, identificadas con sus nombres, a hombres y mujeres supervivientes de la polio que sufren desde su infancia. Seres luchadores que, a pesar de sus limitaciones físicas y a todos los obstáculos que, con seguridad, han tenido que vencer para su inclusión social y laboral, han sido capaces de desarrollar una actividad profesional sin restricciones, sin que su diversidad funcional haya impedido desenvolverse como ser humano. Más aún cuando en muchas ocasiones la enfermedad se les ha vuelto a manifestar con renovado vigor en la edad madura, a través del 2 denominado síndrome post-polio.

En la segunda parte los “RASTROS” se ha abierto una ventana a la vida diaria de este colectivo. Piernas, pies, brazos, manos, columna vertebral con debilidad muscular y parálisis que les ocasiona una limitación funcional, evidenciando las gravísimas secuelas que provocó la dolencia y que les ha condenado a vivir una vida ligada a muletas, bitutores, correajes, sillas de ruedas o zapatos ortopédicos imprescindibles para sus movimientos. Tras estas imágenes de sus cuerpos, a través de sus múltiples cicatrices, se exteriorizan las infinitas intervenciones quirúrgicas por las que tuvieron sufrir, el dolor físico y emocional, las estancias prolongadas de hospital y una existencia llena de dificultades.

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